Los separatistas de Mallorca defienden en su asamblea «un proyecto confederal entre los ‘Països Catalans’»
Apuestan por "vivir bien como forma de resistencia política frente al modelo de producir y consumir"
Reivindican "el vínculo de cada pueblo que habla y sueña en catalán a decidir libremente su futuro"

Los separatistas de Més per Mallorca defienden en la VII asamblea general de la formación «un proyecto republicano confederal entre los Països Catalans».
Así figura en la ponencia política de los socios de gobierno de los socialistas durante los ocho años que gobernó en Balares la hoy presidenta del Congreso, Francina Armengol, cuya formación está ahora en la oposición al Govern del PP Marga Prohens.
Con una falta de liderazgo cada vez más evidente de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2027, Més per Mallorca reivindica «el derecho de cada pueblo a decidir libremente su camino, por el reconocimiento de la diversidad interna de las Islas y por el vínculo que una a todos los territorios que hablan y sueñan en catalán».
Por ello desde Més se apuesta por «una mirada republicana y de país», con el objetivo de «construir un proyecto nacional que sea a la vez libre, justo y solidario, que no se conforme con gestionar la autonomía, sino que aspire a ejercer la libertad».
En este encuentro que arrancó ayer viernes con el coordinador general y diputado balear, Lluís Apesteguia al frente hoy se debatirá y votará el código ético y de conducta y la ponencia política. Posteriormente se producirá la proclamación de las candidaturas electas.
En esta última jornada de asamblea representantes de ERC, BNG, EH Bildu, Compromís, CHA, PSIB, Esquerra Unida y Més por Menorca acompañan, como invitados, a los separatistas de Mallorca. Una formación con cuatro diputados de 59 en el Parlament balear cuyos representantes como figura en la ponencia que hoy se vota defienden que «vivir bien es, también, una forma de resistencia política frente al modelo que reduce la vida a producir y consumir».
«La transformación política también es una batalla por recuperar el derecho colectivo a una vida buena. Es una forma de resistencia política» porque «cuando la vida es sólo trabajo y consumo, cuando falta tiempo para el ocio y para la comunidad, cuando falta un entorno que alimente el alma, estamos reforzando un modelo que desgasta, empobrece y desarraiga».
No obstante esa «vida buena» que defienden los dirigentes separatistas mallorquines, pasa no por aumentar la riqueza colectiva, sino por «el decrecimiento del turismo masivo». Una puesta que para ellos «no es una consigna, sino una necesidad ecológica, social y democrática».
«El sector turístico debe ser regulado para servir al país, no para colonizarlo. La transición hacia un turismo justo y ordenado debe garantizar trabajo digno, redistribución de la riqueza y respeto por el territorio. En este sentido, la gestión de los aeropuertos desde aquí y pensando en los intereses de aquí es un elemento imprescindible para definir un modelo territorial y económico desligado del colapso turístico que sufrimos».
Como bien especifican en este programa político «no se trata de una competencia más. La decisión de los flujos de pasajeros condiciona nuestro modelo turístico y económico, nuestro modelo territorial, nuestra movilidad, etcétera» y por ello apuestan por «una gestión de los aeropuertos para dar la vuelta al modelo turístico y reducir el número de turistas que llegan».