Recta final para rescatar el barco romano que se hundió en la bahía de Palma en el siglo IV
Está considerado como uno de los hallazgos arqueológicos más importantes realizados en los últimos años en el Mediterráneo
El barco será extraído por segmentos de un máximo de 100-150 kg, que garantizará la integridad de los restos
Se pretende construir un depósito en el Castillo de San Carlos para llevar a cabo el proceso de desalinización del derrelicto


El Consell de Mallorca ya ha decidido cómo será la extracción y conservación del pecio de Ses Fontanelles, el barco romano que en el siglo IV d. C se hundió en la costa de la Playa de Palma y que está considerado como uno de los hallazgos arqueológicos más importantes realizados en los últimos años en el Mediterráneo.
Y es que el proyecto científico ARQUEOMALLORNAUTA, encargado de la excavación y extracción del pecio de Ses Fontanelles y su posterior estudio para comprender el papel de Mallorca en el comercio de la tardoantigüedad, se ha reunido con el Consell para actualizar las directrices respecto al futuro de este barco tardoantiguo y definir las próximas fases del proyecto.
De esta manera, se ha descartado la posibilidad de extraer el barco en un solo bloque o en dos grandes porciones, debido a la falta de quilla y los elevados costes y riesgos asociados. En consecuencia, se ha decidido que el pecio de Ses Fontanelles será extraído por segmentos de un máximo de 100-150 kg, que garantizará la integridad de los restos y permitirá una manipulación segura.
Por otro lado, tras la reunión se ha mantenido la «necesidad urgente de extraer el pecio ante la amenaza constante de los agentes meteomarinos», según ha asegurado uno de los codirectores del proyecto, Miquel Àngel Cau. Así, se ha acordado redactar un protocolo de actuación ante posibles fenómenos meteorológicos adversos, tanto en el emplazamiento original del pecio como en las instalaciones donde se llevarán a cabo los trabajos de conservación.
El derrelicto, de 12 metros de eslora por seis de manga, se encuentra en un excelente estado de conservación y pronto será extraído del mar para ser trasladado al Castillo de San Carlos, donde se pretende construir un depósito para llevar a cabo el proceso de desalinización y el estudio de la arquitectura naval del pecio.
También se habilitará en el mismo lugar un laboratorio temporal de campaña para el tratamiento inicial de las piezas, que serán analizadas para determinar el mejor sistema de conservación. Primero fueron halladas 300 ánforas de transporte encontradas en su interior, después un ancla del Imperio Romano y le ha seguido diverso material arqueológico de extraordinario valor como una moneda del emperador Constantino.
El pecio de Ses Fontanelles también contiene elementos muy singulares, como es el caso de los mamparos de madera de separación de la carga o la conservación del pozo de sentina. Igualmente, sobresale el buen estado de conservación de la madera de la embarcación, gracias a la ausencia de oxígeno en el lugar del enterramiento.
Sin embargo, el barco presenta una serie de debilidades y amenazas fruto de su ubicación. Se encuentra en un riesgo de destrucción potencial en el supuesto de que los temporales que propiciaron su descubrimiento se volvieran a producir. Además, está sometido a una intensa presión antrópica por el hecho de encontrarse en una de las playas más concurridas de Palma. Por todo ello, ahora se encuentra en estudio la extracción del casco de la embarcación para garantizar la conservación y la futura musealización y puesta en valor.
El barco fue descubierto de forma casual en el verano de 2019 en la playa palmesana de Ses Fontanelles, en uno de los enclaves turísticos más concurridos de la capital balear. Es el primer pecio romano conocido con un cargamento de esta región naufragado en aguas del Mediterráneo, dado que hay pocos barcos conocidos con este cargamento hispánico.
A la II Jornada de Reflexión sobre la Extracción, Conservación-Restauración y Adecuación del Pecio de Ses Fontanelles han asistido la vicepresidenta del Consell de Mallorca y consejera de Cultura y Patrimonio, Antònia Roca; la directora insular de Patrimonio, Maria Isabel Arnau; el codirector del proyecto, ICREA Research Professor y director de ERAAUB e IAUB de la Universidad de Barcelona, Miguel Ángel Cau-Ontiveros; el codirector del proyecto y catedrático de Historia Antigua de la Universidad de las Islas Baleares, Enrique García Riaza; el codirector del proyecto y catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz, Darío Bernal-Casasola; el director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA, Rafael Sabio González; la restauradora del Laboratorio del MACCASC (Museo de Arqueología de Cataluña/Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña), Caterina Aguer Subirós; la restauradora Luisa Arnal; la directora de recherche y directora del Centre Camille Jullian (MSSH, Université Aix/Marseille), Giulia Boetto; la restauradora Maria Carbonell Quetglas; el jefe de Arqueología del Consell de Mallorca, Jaume Cardell Perelló; el investigador sénior de la Universidad de Valencia, Carlos de Juan Fuertes; la conservadora-restauradora del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía del IAPH, Elisa Fernández Tudela; y la arqueóloga subacuática Stella Rendina.