Manos Unidas Mallorca presenta su campaña contra la pobreza: «Hay 828 millones de personas hambrientas»

La ONG vinculada a la Diócesis de Mallorca trabaja en dos proyectos: uno para conseguir agua en una población de El Congo y otro para construir una escuela en Zimbabue para alumnos de educación secundaria

Manos Unidas
Antoni Vera, el obispo Taltavull y Francisca Artigues.

Manos Unidas Mallorca, organización de la Iglesia Católica en España, ha presentado en Palma la  campaña 2023 bajo el lema Frenar la desigualdad está en tus manos. Durante el acto se ha recordado que según el Banco Mundial, la mitad de la población, casi 4.000 millones de personas, vive por debajo del umbral de la pobreza con 5,5 dólares por persona al día. En este momento hay 828 millones de personas hambrientas, 150 millones más desde el inicio de la pandemia de la Covid-19.

Otro dado es que cerca de 670 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030, el 8 % de la población mundial, igual que en 2015, cuando se puso en marcha la Agenda 2030.

Unos 8,7 millones de personas mueren de hambre al año, 24.000 al día, una cada 4 segundos y se calcula que al menos 2,7 millones son niños y niñas; y una de cada tres mujeres de entre 15 y 49 años de edad (571 millones) sufre anemia. En la actualidad, unos 1.300 millones de personas sufren pobreza multidimensional (en dos o más de estos ámbitos: educación, agua, alimentos, vivienda, salud). El 84,5 % viven en el sur de Asia y en África Subsahariana. Se estima que 5,6 millones de personas mueren cada año por la falta de acceso a servicios de salud en países pobres.

Manos Unidas Mallorca es una de las 72 delegaciones en España, que cuenta con un equipo de 6.156 voluntarios y 76.928 socios colaboradores que contribuyen a los proyectos que desde la organización nacional se impulsan. En 2021, se financiaron 474 proyectos en 51 países de África, América y Asia. Se apoyó directamente a 1.524.954 personas y se alcanzaron 50.823.998 euros de recaudación.

Este año, con su campaña anual número 64, la entidad que lucha contra la pobreza que sufren los pueblos más excluidos del planeta inicia, a partir del año 2023, un quinquenio en el que renovará su compromiso de seguir luchando por la dignidad de todas las personas y liberar a la humanidad de la pobreza, del hambre y de la desigualdad, en el marco de la Agenda 2030 y de los ODS.

A la rueda de prensa celebrada este jueves en la Casa de la Iglesia de la Diócesis de Mallorca han asistido el Obispo de Mallorca,Sebastià Taltavull, la delegada diocesana de Mans Unides Mallorca, Francisca Artigues, y el consiliario diocesano, Antoni Vera.

Proyectos mallorquines

«Para promover sociedades más justas, pacíficas e inclusivas, no basta con reducir la pobreza y el hambre, o mejorar la calidad de la educación o del medioambiente, sino que es necesario apostar decididamente por la eliminación de las inequidades que atentan contra la vida digna de millones de personas». Así, ha explicado Francisca Artigues,  «este año nos centraremos en algunos sectores específicos donde esa desigualdad acaba empujando a millones de seres humanos a malvivir en unas condiciones de vida inaceptables, porque, detrás del drama de la pobreza y del hambre, hay un conjunto de factores interconectados, donde destacan las desigualdades, cada día mayores».

«Trabajamos –ha añadido la delegada diocesana– con los mecanismos que nos ayudan a conseguir una humanidad libre de pobreza y hambre: la educación para el desarrollo, para descubrir y eliminar aquellos mecanismos estructurales que alientan la desigualdad y proponer nuevos estilos de vida».

Sobre todo, ha dicho, «tenemos que mover las conciencias de la toda la sociedad, para dar a conocer el hambre que hay en el mundo y sus consecuencias, para hacer frente a la indiferencia y que seamos conscientes de que la solución está en nuestras manos».

«En Manos Unidas Mallorca creemos que el desarrollo será inclusivo o no será» ha dicho Artigues. «No vale un mundo dividido entre los del centro y los de la periferia, los integrados y los excluidos, los dignos necesarios y los sobrantes descartables. Hay que buscar un modelo económico que respete los derechos de todas las personas para reducir las desigualdades y superar el asistencialismo, y una gestión pública que ponga en el centro, empoderándolos, a los más vulnerables».

El obispo Taltavull, que ha empezado haciendo mención al drama que viven en Siria por el reciente terremoto «un país que ya vive en situación de pobreza por la guerra», ha querido hacer una llamada a la oración «que nos mantiene unidos, a la corresponsabilidad en la acción y a la cooperación económica para paliar situaciones tan graves como las que estamos constatando. Por poca que sea la ayuda, porque no es posible más, pensemos en el elogio que hace Jesús de la viuda pobre (cf. Mc 12,43 y Lc 21,3) que dio de lo que necesitaba para vivir y no de lo que le sobraba. Jesús valora la calidad de la generosidad de lo que somos capaces, ya que es una indiscutible acción de amor, que es lo que realmente vale!»

Por su parte, el consiliario diocesano ha afirmado que «como organización de cooperación católica, no podemos quedar impasibles, tenemos que procurar que desaparezca la desigualdad de nuestro mundo. Así, nuestra lucha contra el hambre y la pobreza podrá ser efectiva y podremos empujar, junto con otros, hacia un mundo justo, inclusivo, sostenible y en paz».

Además, insistido en que «es necesaria la solidaridad desde el corazón, con fraternidad, ayudar y sentirnos hermanos del otro».

Artigues ha informado así mismo de los dos proyectos en el cuales está trabajando la delegación de Manos Unidas Mallorca. Uno es para dar acceso a agua potable al centro médico y entorno rural en Kinzono (República del Congo). Se trata de excavar un pozo de 165 metros de profundidad en 6 meses que proveerá de agua potable a los pacientes del hospital, a los empleados y a los vecinos de la zona.

El otro proyecto es para la mejora del nivel educativo de secundaria en la zona rural del Valle de Lukunguni (Zimbabue) donde se financia la construcción, en una primera fase, de un bloque de 2 aulas con 2 despachos que permitirá a estos adolescentes acceder en la educación secundaria. El proyecto beneficiará a 80 adolescentes de entre 12 a 13 años y a 6 profesores y de manera indirecta a sus familias y en toda la comunidad local. La aportación económica de la delegación para estos y otros proyectos fue de casi 500.000€ en 2021 y 280.000€ en 2022.

Estos días, en el marco de la presentación de la campaña, un misionero mercedario, Serge Ndayisaba, está haciendo visitas a diferentes escuelas de primaria y secundaria de Palma para dar testigo de su trabajo y de la tarea que desarrolla Manos Unidas en Camerún.

La organización propone el Día del Ayuno Voluntario, viernes 10 de febrero, como gesto de apoyo a los más de 800 millones de personas que sufren hambre, Manos Unidas propone donar el importe de la comida, del café o del aperitivo de ese día a la lucha contra el hambre en el mundo. «Y en nuestra Diócesis, celebraremos una eucaristía en la Jornada Nacional de Manos Unidas, el domingo 12 de febrero a las 10.30h. y a las 12 horas en la Catedral de Mallorca, donde se leerá el manifiesto de este año».

Las parroquias y lugares de culto de toda España celebrarán esta Jornada Nacional con una colecta extraordinaria, invitando a los asistentes a aportar su colaboración para apoyar el trabajo de la ONG.

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