El alcalde de Palma gastará 100.000 euros en adecentar el poblado narco de Son Banya que prometió derribar

El alcalde socialista de Palma, José Hila, gastará 100.000 euros en adecentar el poblado narco de Son Banya que prometió derribar. La Junta de Gobierno de la coalición de PSOE, independentistas de Més y Podemos ha aprobado este miércoles esta inversión municipal destinada a la contratación de una empresa para que ejecute las obras.

Como se recoge en el pliego de condiciones del concurso, se incluyen trabajos de albañilería, pintura, fontanería, electricidad, cerrajería, carpintería, relacionados con el «mantenimiento correctivo» del oficialmente conocido como poblado de Son Riera, que no puedan ser cubiertos por las brigadas municipales por falta de medios materiales, humanos o porque tengan que ejecutarse fuera del horario laboral.

En general, se realizarán cuantas actuaciones de reparación y reposición se deriven de las peticiones emitidas por los técnicos municipales responsables del contrato y avisos de deficiencias que se produzcan en el ámbito del poblado.

Dentro de este mantenimiento correctivo ordinario, se fija como prioritaria la necesidad de dar solución inmediata a los embozos que se producen en las cañerías del poblado narco de Palma, una zona que figura en la lista de los diez barrios más peligrosos de España.

Hay que recordar que el actual gobierno municipal lleva dos legislaturas prometiendo que va a derribar este poblado y va a ofrecer una alternativa habitacional al cerca del millar de residentes. Un compromiso político que no sólo ha incumplido de forma flagrante, sino que, además, realizará una inversión de urgencia para mejorar las condiciones materiales de este poblado municipal de infraviviendas.

A ello se une la existencia de un alcantarillado muy antiguo que, según el Ayuntamiento, «requiere de una actuación inmediata para evitar males mayores en los albergues en los que se sitúan las averías y en los contiguos; intentándose paliar en la medida de lo posible los efectos económicos negativos y los perjudiciales para la salubridad».

Estas actuaciones de desembozo consistirán en la limpieza de los residuos de las cañerías y arquetas mediante la utilización de un camión mixto que correrá a cargo del Consistorio, incluyendo el abono de las pertinentes tasas administrativas.

También se contemplan actuaciones de inversión sobre elementos o instalaciones que lo requieran, pérdida de condiciones de estabilidad de los albergues, seguridad de uso, accesibilidad, estanqueidad, reducción de costes de mantenimiento o mejora de la eficiencia energética, siempre que estén justificadas en necesidades estructurales, o de seguridad de uso, en general.

Unas obras urgentes que se pueden dar durante las noches, fines de semana o festivos, reconociendo el propio Ayuntamiento que la experiencia en la gestión del poblado nos señala que «desgraciadamente, muchas empresas no quieren trabajar» en Son Banya.

Estas circunstancias dificultan la resolución de averías, haciendo que actualmente «resulte casi imposible actuar de forma ágil, provocando graves perjuicios a los habitantes del poblado».

Con esta inversión para la mejora de las condiciones de subsistencia de los residentes en el poblado narco palmesano, queda en papel mojado el último acuerdo político alcanzado en junio del año pasado, cuando el pleno del Ayuntamiento de Palma aprobó el enésimo programa de desmantelamiento del mismo, con un plazo de ejecución de hasta 2023.  Pero los hechos vuelven a desmentir el discurso del alcalde Hila de que el derribo Son Banya esté tan siquiera próximo.