Vox denuncia el silencio del socialista Espadas cuando pidieron protección para su vocal agredida en Sevilla

Cristina Peláez, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla (VOX).
Cristina Peláez, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla (VOX).
Borja Jiménez

Cristina Peláez, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, ha denunciado, a través de una carta publicada en redes sociales, el silencio del socialista Juan Espadas, alcalde de Sevilla y líder del PSOE de Andalucía (PSOE-A) cuando, hace apenas unos días, pedían protección de la Policía Local para Estefanía Martín, la vocal de Vox en Cerro-Amate (Sevilla) brutalmente agredida con una pedrada en la cabeza y constantemente amenazada. Tras entrar los delincuentes en su casa este pasado lunes para volver a amenazarla, la portavoz de Vox ha estallado, «implorando» a Espadas que haga algo más que estar callado o que permitir que desde el consistorio que lidera califiquen el ataque a Estefanía Martín como un «accidente».

Carta completa de Peláez a Espadas

Sr. Alcalde, el pasado viernes por la tarde le llamé a Vd. de forma privada con motivo de las últimas amenazas y agresiones sufridas por nuestra Vocal de Distrito, Estefanía Martín, en el sevillano barrio de #Palmete. Le llamé para informarle (en el improbable caso de que no lo supiera, pues a dos de sus delegados se les comunicó el mismo miércoles por la tarde, horas después de que ocurriera la brutal agresión), y le llamé también porque estaba preocupada. En realidad estaba muy preocupada porque las amenazas y agresiones hacia ella y su familia habían ido in crescendo y eran amenazas de muerte. En todas, rezaba el mismo mensaje: Puta de Vox, vete del
barrio o te vamos a matar.

Hace tiempo que en Vox venimos visitando el barrio de Palmete que, como desgraciadamente ocurre en cada vez más barrios de Sevilla, se ha convertido en un gueto donde las plantaciones de mariguana en pisos okupa, los cortes de luz aparejados a esta actividad y el trapicheo de droga a la vista de todo el mundo, tristemente son algo habitual para los honrados y trabajadores vecinos que tienen que ver cómo su barrio se degrada ante la vista de sus ojos.

Mi intención en llamarle era que a Estefanía, siendo vocal de la Junta Municipal de Distrito, el Ayuntamiento le pudiera poner una protección a través de la policía local mientras se cursaba la solicitud formal que hemos hecho ante la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio de Interior.

Vd. me dijo que no me precupara, que en ese mismo instante Vd. se lo iba a comunicar a su Delegado de Gobernación Juan Carlos Cabrera… Y no volvimos a tener noticia. Esta madrugada, en su casa, se han recibido más amenazas, y yo me pregunto ¿A Vd. no le conmueve nada? Pocas cosas existen que produzcan mayor satisfacción que servir a los sevillanos desde lo público, y en concreto, desde el Ayuntamiento de Sevilla como la administración más cercana a los ciudadanos.

Cuando, hace más de dos años, recogí mi acta de concejal en representación de Vox por expreso deseo de los electores supe que tenía que dedicar todo mi esfuerzo a estar a la altura del compromiso que adquirí con todos aquellos que depositaron su confianza en Vox, y también con todos los sevillanos, independientemente del color de su papeleta de voto.

Siempre he sido consciente de que la defensa de las ideas y de los valores que representa Vox es arriesgado por la demonización de la que somos objeto por parte de los partidos políticos de la izquierda, por los sindicatos, por todo el tejido asociativo de la órbita social-comunista y por una abrumadora mayoría de los medios de comunicación. La política, sí, es un “deporte de riesgo”, pero lo es mucho más si rechazas lo políticamente correcto, no te pliegas a los dogmas de la izquierda y no te sometes al globalismo imperante.

Todos los hombres y mujeres de Vox sabemos que defender nuestras ideas tiene un coste, pero nos intentamos convencer de que, viviendo en un Estado de Derecho, nada malo nos podrá suceder; que difícilmente de las amenazas constantes se pasarán a los hechos, pero desgraciadamente no es así. Estamos viendo cómo se nos acosa, cómo se nos insulta y se nos agrede. No sólo en aquellas regiones de España donde la defensa de la Unidad Nacional lleve implícito un coste añadido. También en Sevilla.

Hoy escribo esta carta con el corazón encogido, temiendo por una de las nuestras. No puedo evitar sentirme identificada pues, como yo, es madre y esposa. También es de Vox, y es muy valiente. Desde hace semanas, nuestra vocal en el Distrito Cerro-Amate, está siendo acosada y agredida, ella y su familia, por aquellos que se sitúan fuera de la ley, ya sean okupas o narcotraficantes, y aquellos totalitarios para los que, en su cerril entendimiento, no hay cabida en el barrio para nadie que no piense como ellos.

Su incansable trabajo en la defensa del bienestar de sus vecinos, tiene mucho que ver con los valores que le inculcaron desde pequeña, y no está dispuesta a que su barrio de toda la vida se convierta en un gueto por la acción de los delincuentes y la inacción de los administradores.

Una mañana, Estefanía se encontró una amenaza de muerte en un escrito que alguien le dejó en el parabrisas de su coche. Días después el coche fue vandalizado. Semanas más tarde, los mismos delincuentes que campan a sus anchas por el barrio, amenazaron a sus padres con una navaja, en plena calle.

Pocos días después, tras una visita que pude hacer por el barrio y en la que Estefanía me enseñó de primera mano las necesidades más perentorias de Palmete, al poco de marcharme, fue brutalmente agredida con una pedrada en pleno rostro al grito de “puta de Vox, te vamos a matar”. Estefanía terminó en el hospital, afortunadamente sin heridas especialmente graves.

Hoy, su casa vuelve a amanecer plagada de carteles con amenazas directas de muerte y esvásticas. No se puede consentir que esta escalada continúe y tengamos que lamentar una desgracia aún peor.

Me duele Estefania, y no porque sea de Vox. Me dolería de igual modo si representara a cualquier otra opción política que quisiera mejorar la vida de un barrio ya degradado. He pedido, alcalde, como portavoz municipal de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, que ponga todas las medidas a su alcance para proteger la integridad de Estefanía y de su familia, seriamente amenazada.

Hablo como político, pero también como mujer y madre. Sólo pido que, cada mañana, tanto Estefanía como sus hijos puedan despertar y sentirse seguros. Sólo pido que sus abuelos, sus padres, puedan pasear sin miedo por su querido Palmete. Apelo a una sensibilidad que se le supone al alcalde, para que ponga medios, pero también para que condene las agresiones y acabe con esta espiral de violencia antes de que tengamos que lamentar algo mucho peor.

Porque Estefanía no se marchará de su barrio, como quieren los que agreden y pretenden cercenar libertades, Estefanía no desertará de sus convicciones y no cejará en su empeño de defender a los vecinos de su barrio. Estefanía seguirá soñando con un barrio mejor para sus hijos, y por eso, seguirá reclamando todo aquello que necesita Palmete, seguirá dando voz a tantos vecinos que quieren lo mismo que todas las personas de bien: vivir en paz.

Recibo, con consternación, el silencio por respuesta. Aquí tenemos a una mujer que recibe agresiones y amenazas de muerte, y aquí no pasa nada. No se mueve ni un dedo. El alcalde parece tener otras cuestiones más importantes que atender. Los narcotraficantes y los grupos totalitarios de izquierda no pueden ganar esta guerra, eso lo sabe Estefenía, lo sabemos todos los de Vox, pero esta batalla por la libertad no podemos ganarla solos.

Necesitamos del empeño de nuestro alcalde, como primera autoridad local, y del subdelegado del Gobierno, a los que pedimos, casi imploramos, que olviden sus siglas partidistas para proteger a una sevillana, comprometida con su barrio y su ciudad, y hacer suyos los objetivos que persigue Estefanía Martín, que no es otra cosa que regresar a lo que siempre ha sido Palmete: un barrio de familias trabajadoras donde poder convivir en paz. Pasar por sus calles sin temor y poder criar a sus hijos sin miedo a nada ni a nadie.

PSOE

Desde el PSOE admiten que el mismo viernes Cristina Peláez y el alcalde hablaron de la agresión. Sin embargo, desde el Ayuntamiento aseguran que a partir de entonces el delegado de Seguridad, a través de la Policía Local se puso a disposición para colaborar, tanto de la vocal agredida como de la Policía Nacional, ante la que se medió la denuncia.

Por otro lado, desde el PSOE afirman que la Junta Municipal, algo que lógicamente no es el Ayuntamiento, se aprobó una condena. Sin embargo, el alcalde, Juan Espadas, sí se ha mantenido en absoluto silencio.

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