Nuevo intento de salto masivo a la valla de Ceuta: cientos de subsaharianos aprovechan el fin del Ramadán
El Gobierno sigue haciendo oídos sordos a la crisis migratoria que azota al sur de España
Entre el 1 de enero y el 31 de marzo han llegado a Ceuta un total de 805 inmigrantes irregulares, un 265,9% más que durante el mismo periodo de 2023 (220). Una cifra que asusta, pero que no impide que los intentos sigan aumentando. Este mismo miércoles, aprovechando el fin del Ramadán, unos 200 inmigrantes ilegales han intentado un salto en grupo del vallado fronterizo de la ciudad autónoma. Las Fuerzas de Seguridad, con ayuda de los bomberos, han logrado repeler el salto, protagonizado sobre todo por personas de origen subsahariano.
Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil en la ciudad autónoma han explicado que el acercamiento de los indocumentados a la doble valla que separa la localidad española del Reino alauita se ha producido alrededor de las 7:00 horas en un punto «medio» de sus 8,2 kilómetros de longitud.
El despliegue de agentes marroquíes ha evitado que una parte de los inmigrantes lograse intentar escalar las vallas, pero «unos quince» han logrado encaramarse a la parte superior de la exterior.
La Benemérita ha pedido ayuda al Cuerpo de Bomberos de la Ciudad para ayudar a esos indocumentados a bajar. Al no haber accedido a territorio español una vez en tierra han sido devueltos al país vecino en aplicación del principio de «rechazo en frontera».
El último intento de salto en grupo de la valla de Ceuta por vía terrestre se produjo hace medio año y desde entonces solamente se habían registrado entradas puntuales y esporádicas de esa forma en la ciudad.
La presión migratoria sobre Ceuta se ha concentrado durante los últimos meses en los espigones marítimos del Tarajal y Benzu, los extremos sur y norte del perímetro fronterizo local, en los que se registran intentos de entrada casi a diario a nado tanto de adultos como de menores no acompañados. La situación es crítica y desde el Gobierno de Pedro Sánchez siguen haciendo oídos sordos a la crisis migratoria que azota al sur de España.