Audiencia de Almería

Condenado un vecino de Roquetas por insultar y amenazar a inmigrantes ilegales acogidos en su edificio

El hombre reconoce los hechos y acepta un año de cárcel

inmigrantes Roquetas
Inmigrantes ilegales recién llegados en patera a Roquetas.
David García de Lomana

La Audiencia de Almería ha impuesto una pena de un año de prisión a un hombre que profirió insultos y amenazas de carácter racista y xenófobo contra varios inmigrantes ilegales acogidos en su edificio, en Roquetas de Mar (Almería). El hombre ha sido condenado por un delito contra los derechos fundamentales y las libertades públicas, un delito de amenazas y un delito leve de daños. Además, el tribunal le impone el pago de una multa y una orden de alejamiento.

El acusado ha reconocido los hechos durante la vista oral celebrada este martes en la Sección Segunda y la Fiscalía ha modificado su escrito provisional de acusación por el que solicitaba tres años de cárcel.

El procesado, que vive en el mismo edificio en el que Cruz Roja gestiona pisos de protección cedidos a personas de «diversas nacionalidades y razas», asume que entre marzo de 2019 y junio de 2020 se dirigió reiteradamente a distintos inmigrantes con insultos y expresiones con fines «discriminatorios, exclusivos y vejatorios».

De forma «agresiva» y «en voz alta», lanzó insultos tales como «moros de mierda, gentuza, basura, volved a vuestro país de mierda, hijos de puta». También se refirió a ellos con improperios como «negros asquerosos», «niños de los payos ponis» o «latinos hijos de puta», entre otros, y aseguró que les iba a «meter fuego».

El escrito de acusación recoge además algunas grabaciones y mensajes de audio que el propio acusado dejó en el teléfono del centro de inmigrantes de Cruz Roja: «Es una vergüenza que estamos confinados (por la pandemia) y estén los putos bastardos negros ahí, pegados a la puerta».

En otro audio, remitido junto a la foto de una de las mujeres acogidas, afirmó que tenía que «abrirles la cabeza» porque esta inmigrante se cortaba las uñas en la escalera, algo que no consideraba «normal».

También acudió varias veces a estos pisos aporreando la puerta de forma «violenta» y, en una ocasión, salió de su casa con un martillo para golpear una de las puertas mientras instaba a salir a un inmigrante al que llamó «negro de mierda».

Aquel día, además, esgrimió el martillo «de forma intimidante» contra un monitor de Cruz Roja de origen magrebí a quien amenazó por proteger a los inmigrantes: «Si me sigues mirando así te parto la cabeza». Dos días más tarde golpeó la cámara de seguridad que Cruz Roja tenía instalada en el edificio en «reproche por ceder el uso de viviendas a inmigrantes».

La sentencia, dictada in voce y declarada firme en la propia sala de vistas, aplica también la atenuante parcial de reparación del daño, ya que antes del juicio el procesado había consignado 60,50 euros en concepto de responsabilidad civil.

Por el delito contra los derechos fundamentales y las libertades públicas se le ha impuesto una pena de seis meses de prisión y una multa de 540 euros. Por el delito de amenazas, medio año más de cárcel y una orden de alejamiento sobre la víctima, y por el delito leve de daños, una multa de 90 euros.

Además, el condenado deberá participar en programas educativos sobre igualdad y trato no discriminatorio como parte de la condena, que en lo relativo a la privación de libertad le ha sido suspendida durante un periodo de dos años con la condición de que el acusado no vuelva a delinquir.

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