El alcalde de Níjar estalla contra Marlaska por los narcos: «Almería es un coladero para las mafias»
El alcalde de Níjar reclama más Guardia Civil y medios frente al narcotráfico en las costas almerienses
Advierte de un grave daño ambiental en el Parque Natural por los restos de combustible de las narcolanchas

El alcalde de Níjar, José Francisco Garrido, ha cargado este martes contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la reiterada presencia de narcolanchas en las playas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Según ha denunciado, estas costas se han convertido «en un auténtico coladero para los que trafican con drogas y con personas», sin que el Gobierno de Pedro Sánchez haya tomado medidas eficaces desde que, hace más de año y medio, las mafias acabasen con la vida de dos agentes de la Guardia Civil. Sin ir más lejos, este mismo martes una narcolancha ha embestido y asesinado a un agente de la Policía portuguesa.
Acompañado por la concejal de Seguridad y parlamentaria andaluza, Mónica Morales, el regidor ha mantenido una reunión con el portavoz de Presidencia del Grupo Popular en el Parlamento andaluz, José Ricardo García. En el encuentro trasladó su «inquietud y preocupación» por la situación, que asegura se repite desde hace años sin respuesta por parte del Ministerio del Interior.
«Las mafias siguen paseándose por nuestras playas», ha advertido Garrido, quien ya ha denunciado en otras ocasiones que el Parque Natural «no puede convertirse en la narcogasolinera de las mafias que operan con impunidad y prácticamente a diario». En este sentido, ha reclamado con urgencia el refuerzo de la Guardia Civil en la zona y la dotación de medios materiales y protocolos adecuados para frenar esta amenaza.
El alcalde ha insistido en que «mientras esto no suceda, hay un problema evidente de inseguridad que ningún nijareño tiene por qué sufrir», y ha responsabilizado directamente al Gobierno central por la falta de respuesta y de refuerzo policial.
Además del problema de seguridad, Garrido ha alertado del impacto medioambiental que estas actividades ilegales están teniendo sobre un entorno protegido como el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Los restos de bidones con combustible, dejados por las narcolanchas, acaban en la arena o en el mar, provocando un daño ambiental que, según ha denunciado, «contrasta con la supuesta hiperprotección de este espacio natural».