Visita las farolas en forma de amapola de Jerusalén

La flora puede definirse como una de las obras maestras de la naturaleza. Una creación llena de belleza en la que aromas y colores se fusionan creando un todo indivisible que da gusto disfrutar. Las flores están presentes en los campos, los jardines y hasta en los balcones de las calles más coloridas pero… ¿habías visto alguna vez farolas con forma de flor gigante? Pues esto mismo es lo que proponen desde el estudio HQ Architects con unas creaciones que saltan a la vista que han sido instaladas en una de las plazas más conocidas de Jerusalén. Una propuesta que forma parte de su enorme catálogo de esas extravagancias que tanto gustan a todo el mundo y que se mantienen para siempre en el recuerdo de cualquier turista.
Una iluminación diferente
Si viajamos hasta Jerusalén, concretamente hasta la céntrica plaza de Vallero, podremos encontrarnos con una de las creaciones más extrañas en cuanto a materia de iluminación se refiere. Estamos hablando de unas extrañas farolas cuya apariencia se mimetiza perfectamente con la de una amapola en pleno esplendor. Apodada con el nombre de «Warde», esta fantástica creación sorprende a todo aquel que visita las calles de esta turística ciudad. Un proyecto con una única finalidad: conseguir que tanto turista como habitante queden completamente sorprendidos ante el esplendor de unas farolas poco habituales.
El color rojo intenso de las flores inunda unas calles empedradas por las que trascurren cientos de turistas cada día. Un verdadero espectáculo a los ojos de todo turista que se abren al amanecer y se cierran al anochecer por medio de un sistema de aire comprimido, consiguiendo así una espectacular sensación de viveza. Cabe destacar que toda esta iniciativa forma parte de un proyecto en el que la máxima se basa en embellecer los espacios urbanos de las ciudades. No obstante, la aplicación de estas extrañas farolas sigue siendo la misma ya que no solo adornan las calles de la localidad, sino que también cumplen la función de alumbrar.
Farolas con todos los detalles
En total, la instalación está conformada por 4 farolas de 9 metros cada una que utilizan el tallo como lugar perfecto para albergar en su interior el cableado eléctrico. En la parte de unión entre el tallo y la flor nos encontramos con un compresor de aire que infla y desinfla lo que serían unos pétalos de tela a los que no les falta ni un detalle. Un aspecto que veían fundamental desde HQ Architects, ya que querían conseguir que estas «flores» tuvieran la máxima movilidad posible al paso del tranvía.
Cabe destacar que además de la función luminosa y de servir como un reclamo perfecto para los turistas, este ambicioso proyecto hace las funciones de toldo. Es decir, un multiusos perfecto para calmar las altas temperaturas de la ciudad israelí durante los meses de verano. Una función que ejercen cada vez que cualquier persona se acerca a su regazo, ya que la mayor parte del tiempo se encuentran en estado de espera.
El reclamo perfecto
El verdadero objetivo de «Warde» es producir un reclamo turístico propio de una ciudad tan importante como Jerusalén. Un lugar en el que poder visitar lugares tan importantes como la Ciudad Vieja, el Monte de los Olivos o el mismísimo Santo Sepulcro no podía recurrir a una animación de poco rango y por ello han puesto en marcha este proyecto.
Por el momento, estas flores gigantes están consiguiendo su cometido y se han convertido en el reclamo perfecto para los miles de turistas que circulan cada día por las calles de una ciudad con historia. Por eso desde el Ayuntamiento han decidido mantenerlas por su vivacidad, su color y la belleza que irradian cada vez que «florecen». Sin duda, un acierto total que hace aun más bonita una ciudad como Jerusalén.