Europa también tiene su pirámide: la Pirámide de Austerlitz

¿Quién dijo que había que desplazarse hasta Egipto para ver pirámides? En Europa también tenemos las nuestras, o más bien deberíamos decir la nuestra. Porque en la localidad holandesa de Woudenberg (provincia de Utrecht) encontramos la Pirámide de Austerlitz, un curioso monumento con una historia bastante peculiar detrás.
Fue Napoleón Bonaparte el responsable de que la Pirámide de Austerlitz viera la luz. Al parecer, el militar francés quedó prendado en una de sus expediciones por la belleza de las pirámides egipcias, sobre todo por la Pirámide de Giza, y quiso replicarla en Europa. Se encaprichó tanto que en 1804 mandó a sus soldados que construyeran una edificación similar. Levantada sobre una colina de tierra en menos de un mes y coronada por un obelisco de madera de trece metros de altura, el resultado no se pareció demasiado a las pirámides de Egipto, pero sació el gusanillo de Napoleón.
Hay que recalcar que su nombre originario no fue el de Pirámide de Austerlitz, pero a los dos años de ser concluida fue rebautizada así para conmemorar la victoria de Napoleón sobre rusos y austríacos.
Sin embargo, la premura con la que fue construida y los materiales empleados en el proceso provocaron que el paso del tiempo hiciera mella en la Pirámide de Austerlitz, quedando en un estado lamentable con los años. Afortunadamente para los turistas de todo el mundo, allá por 2004 comenzaron los trabajos de restauración del monumento, que actualmente luce de forma tan espectacular como se ve en las fotografías que acompañan a este artículo.
La Pirámide de Austerlitz se ha convertido en uno de los lugares que hay que visitar obligatoriamente cuando se viaja a Holanda. El turismo ha dado un nuevo impulso a este emplazamiento, a cuyo alrededor actualmente han surgido hoteles, restaurantes e incluso un parque de atracciones.