‘El Pequeño Nicolás’: cuando lo importante es la imagen que das y no lo que eres realmente
La historia del joven que engañó a las altas esferas de nuestro país
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“Era el puto amo y quería ser todavía más el puto amo”. Esta es la carta de presentación de Francisco Nicolás Gómez Iglesias en el documental del que es protagonista. Lo dice entre risas, con una sonrisa guasona y sentado en actitud de alto cargo de la mafia. (P)Ícaro: El Pequeño Nicolás , se estrena el 15 de febrero en Netflix, consta de tres episodios y con ellos se intenta arrojar luz sobre el caso de este joven que, con engaños, pasó de relaciones públicas en discotecas a codearse con políticos, empresarios, servicios secretos e incluso la Casa Real. La docuserie cuenta con el testimonio del propio Gómez Iglesias así como de un sinfín de implicados en su trama, entre ellos el mismísimo comisario Villarejo (quien por supuesto niega cualquier relación con este Lazarillo moderno). Pero son tantísimas las voces y tantos los datos que dan, que la docuserie se pierde narrativamente y confunde al espectador. Al final, la pregunta importante no se responde: ¿Cómo fue posible que este crío consiguiera lo que consiguió? ¿Quién lo permitió? Cada uno piensa o sabe una cosa distinta.
Las ideas delirantes de un joven ambicioso
La pericial del Juzgado de Instrucción número 24 de Plaza de Castilla expuso en pleno juicio que Francisco Nicolás Gómez Iglesias sufriría de ideas delirantes de tipo megalomaníaco, que se creía sus propias mentiras dentro de una mente narcisista. Esto lo vemos en el segundo capítulo (P)Ícaro: El Pequeño Nicolás , aquel en el que el castillo de naipes de este oportunista se cae por completo. Él mismo reconoce que su ego, su necesidad de imponerse ante los demás, fue lo que le trajo la ruina.
Dinero y poder
«Cuando me preguntan si prefiero dinero o poder, siempre digo poder». Ese es el leitmotiv de un hombre que ahora tiene casi treinta años pero que con catorce pasó de ser relaciones públicas de discotecas a codearse con lo más granado de la política española. Era tanta su ambición que llegó a sentenciar que era miembro del CNI, nexo de la Casa Real y enlace de la vicepresidencia (Soraya Saénz de Santamaría). Alquilaba coches de alta gama y los adornaba de señales luminosas, al más puro estilo oficial (“siempre me gustaron las luces y las sirenas, desde niño” sentencia). Y es cierto que estaba en incontables actos oficiales, fiestas, y reuniones. Llegó a acudir a la coronación de Felipe VI y fue ahí cuando comenzó la cacería contra él. Era tanto el ego que tenía El Pequeño Nicolás que no supo guardarse las espaldas. Él no quería poder, quería mostrar que lo tenía, eso le llevó a exponerse de tal manera que la gente se preguntó quién era ese crío y qué hacía ahí.
Según cuentan en el documental dirigido por Tomás Ocaña y creado junto a Adolfo Moreno, el método de Francisco Nicolás era más o menos sencillo. Comenzó siendo relaciones públicas de discotecas, ganándose la confianza de los hijos de políticos y empresarios poderosos, quienes le vendían la información que ellos oían en su casa y que él ‘revendía’ por el triple de lo que había pagado. Así fue creando una red en la que El pequeño Nicolás sabía secretos de otros y los ofrecía al mejor postor. Él mismo se creyó que era un espía e incluso se presentaba como un un charlie (informador infiltrado) del CNI.
“Yo llegaba a un despacho y ponía los pies en la mesa como diciendo ‘aquí está papá’”, confiesa el protagonista en su docuserie, haciendo hincapié en que lo importante es la imagen que das y no lo que eres realmente. Obviamente, los servicios de inteligencia nacionales han negado siempre que Francisco Nicolás trabajase con ellos. Y es que, para ser espía hay que ser discreto, y este no era el fuerte del pequeño pícaro.
Villarejo como plato fuerte
Uno de los platos fuertes del documental de Netflix es el testimonio del excomisario y empresario José Manuel Villarejo. Él lo niega ante las cámaras pero ha sido procesado por su implicación en el caso Nicolás por la revelación de secretos entre policías y miembros del Centro Nacional de Inteligencia. Es más, para quién no lo sepa, la trama del Pequeño Nicolás fue la que descubrió ante la opinión pública a la figura de Villarejo, por lo que es muy interesante ver lo que tiene que decir el excomisario.
¿Francisco Nicolás irá a la cárcel?
De momento, Francisco Nicolás sigue en la calle pero puede que por poco tiempo. El Tribunal Supremo confirmó la pena de un año y nueve meses de cárcel por un delito de falsedad documental, puesto que Gómez Iglesias consiguió que otra persona se presentase en su nombre al examen de Selectividad (él dice que el DNI falso se lo ofreció el CNI). Esta es la primera condena firme, pero Francisco Nicolás sumaría hasta 12 años y cinco meses de prisión por delitos de descubrimiento, revelación, violación de secretos oficiales, y cohecho en el caso ‘Mafia Policial’. De momento hay que esperar que el Supremo se pronuncie.
Un documental desordenado y confuso
La historia es apasionante pero en (P)Ícaro: El Pequeño Nicolás no se sabe contar bien. Son tantísimas las voces que aparecen que resulta confuso. Políticos, abogados, amigos, periodistas (muchos), policías y la propia madre del protagonista dan su visión de los hechos y en vez de descubrir la verdad, esta se enturbia.
Obviamente hay que contar los hechos pero también hubiese sido un acierto narrativo investigar de manera más certera en la mente y la conducta de este mentiroso y de la gente que se creyó sus historias. En vez de eso, el espectador termina los tres capítulos con una idea vaga de los hechos. Así tenían que sentirse las víctimas del Pequeño Nicolás; agotadas y confundidas.
Todos los testimonios
A continuación se ofrece un listado de las veinte personas que dan su testimonio en el documental: Francisco Nicolás Gómez Iglesias: el Pequeño Nicolás. María del Carmen Iglesias: madre de Francisco Nicolás. José Manuel Villarejo: comisario de Policía jubilado y empresario. Francisco Martínez: secretario de Estado de Seguridad (2013-16). Marcelino Martín-Blas: comisario Principal de Asuntos Internos de la Policía Nacional (2012-15). Investigador jefe de la ‘Operación Nicolay’. Carlos Mier: experiodista de Información Sensible. Javier Ayuso: director de Comunicación de la Casa Real (2012-14) y adjunto al director de El País (2014-18). Patricia López: experiodista de Público y directora de Crónica Libre. Edmundo Bal: abogado del Estado en el Caso Nicolay. Catalina Hoffmann: emprendedora. Hoffman entró junto a Francisco Nicolás en la ceremonia de Coronación de Felipe VI. Arturo Fernández: expresidente de los empresarios madrileños y exvicepresidente de la CEOE. Miguel Bernad: secretario general de Manos Limpias. Javier de la Rosa: empresario. Jairo García: empresario del ocio nocturno. Primer jefe de Francisco Nicolás. Jorge ‘Goorgo’: Youtuber y fundador de Team Heretics. Irene Dorta: periodista de El Independiente. Investigadora en la docuserie. Mateo Balín: periodista del Grupo Vocento. Especializado en el Caso Nicolay. Fernando Suárez: alcalde de Ribadeo, Lugo (2007-23) .Ramón Acuña: expresidente del Club Náutico de Ribadeo. José Alonso: periodista de La Voz de Galicia.