Carta al juzgado de un vecino harto de los okupas: «Si no los echa le hago responsable de mi suicidio»
Se ha quedado en la calle y los okupas se niegan a devolverle su casa
Servicios Sociales le dicen que no pueden ayudarle porque es propietario de una vivienda
Sobrevive de las ayudas de los demás y rebuscando en la basura
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David, un vecino de Montblanc (Tarragona), ha avisado al juzgado que de no emprender acciones contra los okupas que se han quedado su casa les hace responsables de quitarse la vida. La advertencia fue hecha por escrito hace un día y David no descarta cumplir su amenaza: «Me han destrozado la vida, se han quedado con mi casa y me han dejado sin poder trabajar». David denunció a los okupas en noviembre y el juzgado todavía ni ha respondido a su demanda de desahucio. Mientras, David, sobrevive de la ayuda de familia y amigos y rebusca en la basura para conseguir comida. No quiere perder la cabeza y acabar en la cárcel por actuar violentamente.
David se confiesa desesperado pero lleno de determinación. Ésta es la carta que envió hace unas horas al Juzgado de primera instancia de Valls: «Envío esta carta porque mi situación ha llegado al límite. Estoy subsistiendo con 480 euros al mes pagando una habitación de 350 euros, más un almacén de 60 euros al mes para guardar mis cosas, para no tener que tirar toda mi vida a la basura que es de donde muchas veces tengo que rebuscar para poder comer. Ustedes no han hecho caso a mi demanda ni a mi situación y yo no puedo más, por tanto, si decido hacer lo que ya se me ha pasado por la cabeza que es quitarme la vida para dejar de sufrir, les hago a ustedes los máximos responsables de ello. No puede ser que mi demanda aún este en tramite y no se haya procedido al juicio para desalojar mi casa. Mi nombre es David Flor con DNI:00000000».
David cuenta a OKDIARIO cómo trabajó en la SEAT durante18 años. Con el dinero que ahorró se animó a poner en pie un negocio inmobiliario, pero un mal día cayó redondo al suelo. «Tenía síntomas de ictus, era la tensión. Decidí cerrar la inmobiliaria, abandonar el estrés y dedicarme a lo que me gustaba que es escribir y la comunicación». Desde entonces, David ha publicado 18 libros y tiene su propio canal de Youtube, Curiositats TV. En pos de cumplir su sueño, David decidió alquilar su casa de cuatro dormitorios y se buscó una más pequeña y más barata, para poder hacer frente a los gastos de su nueva actividad como comunicador.
Hasta que el banco le quite la casa
«Pero llegó uno de esos baches duros de la vida. Me vi sin trabajo, sin apenas ingresos y debía 93.000 euros de la hipoteca de mi casa, la que tenía alquilada». David se vio obligado a dejar la vivienda que tenía alquilada y regresar a su hogar, así que habló con los inquilinos. Fue el mes de agosto de 2024, les devolvió la fianza y les concedió dos meses para que se fueran. Ellos aceptaron. David quería vender su casa, pagar su deuda y rehacer su vida.
«Llega el día 1 de octubre, llega también el comprador de mi casa y cuando les vamos a ver a mi casa, me dicen que no se van, que ‘el banco te lo va quitar, y no te van a pagar ni un duro, así que nos quedamos hasta que te quite tu casa el banco’ me dijeron», cuenta David acelerando las palabras por la indignación.
Sus okupas son una pareja de su misma edad, algo más de 50 años. «El okupa, Néstor Venece, me dice que no tiene dinero, pero su hijo tiene una tienda de móviles en el mismo pueblo, en Montblanc. Ya que es empresario que les ayude o les acoja, digo yo», puntualiza David. Él está desesperado, le ha ofrecido de todo a los okupas: «Se les han ofrecido pisos a través de inmobiliarias de amigos míos, les ofrecimos darles dos meses más para marcharse hasta diciembre. Y ahí siguen, colgando fotos en redes sociales y fiestas y de todo».
David está llegando al límite. Ahora cobra 480 euros del Estado y paga 350 euros al mes por una habitación de 15 metros cuadrados, «gracias a un amigo que me la deja tirada de precio». David también se ha visto obligado a alquilar un trastero por 60 euros mensuales, «para guardar todo lo que tengo de toda mi vida, que en la habitación ni me caben los muebles ni nada».
Durante la conversación, la desesperación de David va en aumento: «¡Y tengo que buscar comida en la basura! Yo tenía ahí mi vida, mi casa, mi trabajo, con un pequeño plató para mis entrevistas de Youtbe en una habitación. Me han quitado mi casa y me han jodido el trabajo». Los Mossos d’Esquadra le piden paciencia.
Asuntos sociales no le ayuda
Lo más indignante es que entretanto, David ha pedido ayuda a Asuntos Sociales de su localidad y le dicen que «no te podemos ayudar porque tienes una vivienda y no podemos ayudar, eres propietario de una vivienda». Se refieren a la vivienda okupada donde David no puede residir.
David interpuso la demanda de desahucio en el mes de noviembre de 2024, fue al juzgado hace una semana a preguntar si habían aceptado su demanda y avanzaba el desahucio. «En el juzgado de Valls me dijeron que no me ponga nervioso».
«¡Pero cómo no voy a ponerme nervioso, mi casa la he ganado trabajando durante 37 años y ahora estoy viviendo en la calle por culpa de unos okupas y de una justicia incompetente!. David, es diabético, padece una insuficiencia renal y alteraciones de la tensión: «Los okupas me están enfermando y no me llega ni para comprar las medicinas, porque además sigo debiéndole al banco 93.000 euros mientras ellos viven a mi costa».
Dos casos como David cada semana
Ricardo Bravo es el portavoz de la Plataforma de afectados por la Ocupación: «Solemos recibir hasta dos llamadas a las semana, muy parecidas a la de David. Estamos notando un deterioro emocional de la gente, como en el caso de David, y se está acrecentando».
«Por situarlo en su contexto: hace seis años que se estableció el decreto que no permite los desahucios, y hace dos semanas que se ha aprobado una nueva prórroga del decreto antidesahucios. Ésto significa que tanto los vulnerables, los okupas y los inquiokupas, a todos se les va a proteger de la misma manera, perjudicando a los propietarios. No se llega a ninguna solución por el Gobierno, niegan la okupación y niegan la inquiokupación, nos niegan todo, y lo están convirtiendo en una campaña de acoso contra los pequeños propietarios».