Xavi Casero, médico español que socorre refugiados en el mar: «Tienes que atender a la mayor cantidad de gente posible»
Xavi Casero es un médico pediatra que ha estado enrolado dos meses de la Mano de Médicos sin Fronteras (MSF) en la embarcación ‘Dignity I’, que cubre la ruta Libia e Italia para socorrer a los inmigrantes y refugiados que se lanza al mar en busca de una nueva vida. Con motivo de la celebración este viernes 19 de agosto del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, relata su experiencia y el objetivo de su actividad: «Tienes que intentar atender a la mayor cantidad de ellos en el espacio de unas horas y tienes que intentar dar lo máximo de ti», relata.
De descanso en España, el cooperante español rememora su jornada laboral en la «pequeña» Dignity I, cuyo nombre hacer referencia a la dignidad perdida. El pediatra atendía a entre 100 y 200 personas que eran subidas al barco a diario. Casero trabajaba en el barco con una enfermera y una matrona, pues en ocasiones se producen partos a bordo. Asegura que los niveles de «estrés» en el barco son muy altos.
El trabajo en la embarcación, como ha señalado Casero, condiciona la labor, pues en muchas ocasiones son diez horas a bordo de un barco pequeño con condiciones muy complicadas. «Hay muertes, algunos están heridos y con enfermedades graves. Se junta todo», incide.
Su labor, por todo ello, se desarrolla en condiciones de dificultad: «Puedes estar diez días mareado sin tocar tierra, a veces es muy hostil, las condiciones de vida son muy complicadas.
A pesar de todo ello, cuando se le pregunta, no lo duda ni un segundo: «el papel que juega la Atención Humanitaria es fundamental». En este sentido, resalta que las embarcaciones que utilizan los libios no son suficientes para llegar a tierra, por lo que solo tienen dos destinos: «o ser rescatados o naufragar». Y es que Casero tiene claro para qué ha dedicado los meses de abril y mayo de 2016: «Salvar vidas». De otro modo, tal y como incide, se les deja literal y metafóricamente «a la deriva».
En su opinión, el aumento de la peligrosidad para los refugiados se debe a que se van cerrando las rutas más sencillas para llegar a Europa por lo que muchos se ven obligados a cambiar el recorrido por otro más largo y que dificulta más su llegada.
«En vez de aumentar barcos militares sería necesaria más ayudas, más rescates y más presión internacional para frenar las guerras», añade.
Este médico español asegura que el papel de un cooperante no termina cuando se baja de la embarcación, sino que considera importante hacer eco de lo que está pasando, contar e informar a la sociedad lo que ocurre y que el ciudadano pueda hacer «presión» a los gobernantes para que la situación tome «otro rumbo». Por ello, también insiste en que la Asistencia Humanitaria sería más eficaz si los países europeos se comprometieran a cumplir con los compromisos asumidos con los refugiados.
La primera atención ante una catástrofe
La Asistencia Humanitaria se entiende como la primera atención cuando se produce una catástrofe, las primeras 24 horas y las primeras semanas, según recuerda el vicepresidente de la Coordinadora de ONG para el desarrollo (CONGD), Francesc Mateu.
Esta asistencia es aún más urgente cuando la catástrofe se produce en países en desarrollo. Como ejemplo, Mateu ha explicado, en declaraciones a Europa Press, el caso del huracán Katrina en Estados Unidos, cuando pasaron semanas y meses en reconstruir la ciudad. «Si esto pasa en Estados Unidos, en el resto de los países uno se puede imaginar las dificultades. Trabajar en acción humanitaria es complicado siempre porque las grandes catástrofes suceden en espacios de gran vulnerabilidad», ha detallado.
De esta forma, ha señalado el papel de los asistentes humanitarios españoles, que trabajan por todo el mundo en acciones de instalación de aguas, en atención sanitaria, en cuanto a la infancia y en la atención a la mujer, entre otros.
Y tras la catástrofe y la primera asistencia, llega la reconstrucción y la cooperación al desarrollo. La ONG Manos Unidas tiene cooperantes españoles colaborando en acciones humanitarias por varios países. Entre ellos, se encuentra Carolina Unzeta en Filipinas, que ha asegurado que actualmente se encuentran ayudando en la defensa de los derechos humanos de grupos indígenas. De esta forma, están ayudando a reconstruir las casas de madera de una tribu compuesta por 125 familias, que podrán volver a su lugar de origen después de haber sido desplazados.
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