La supervivencia al cáncer de próstata es alta gracias a la detección precoz en las revisiones anuales

La supervivencia al cáncer de próstata es alta gracias a la detección precoz en las revisiones anuales

Las tasas de supervivencia de los pacientes de cáncer de próstata son altas gracias a la detección precoz que se lleva a cabo en las revisiones urológicas anuales, que permiten anticipar el diagnóstico y hacer, como consecuencia, que el tratamiento resulte más efectivo y tenga menos efectos secundarios.

El 90 por ciento de los casos de cáncer de próstata, cuya incidencia en España se sitúa en 30.000 nuevos casos anuales, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se diagnostican en las consultas.

La importancia de acudir a revisiones aumenta con la edad, ya que las probabilidades de sufrir este tipo de cáncer se incrementan a los 50 años. De hecho, casi dos de cada tres casos de cáncer de próstata se detectan en mayores de 65 años, por lo que «es importante concienciar a los varones en edad de riesgo», es decir, entre 45 y 65 años, según ha indicado el oncólogo radioterápico de GenesisCare, el doctor Gorka Nagore con motivo de la celebración, este sábado, del Día Mundial de la Salud Prostática.

Una revisión prostática es una revisión rutinaria. Se lleva a cabo un examen físico, una analítica y una ecografía. Si fuera necesario, se podría completar con otras pruebas.

El cáncer de próstata es el tumor más común entre los varones europeos y americanos, por encima del cáncer de pulmón, el colorrectal y el de vejiga. La American Cancer Society (Sociedad Americana de Cáncer) estima que uno de cada siete hombres será diagnosticado de cáncer de próstata en algún momento de su vida.

Algo que también incide directamente en la importancia de las revisiones es que igual que otros tipos de cánceres, no produce síntomas en sus fases iniciales. En fases más avanzadas de la enfermedad, se pueden presentar indicios, como urgencia miccional, pérdida involuntaria de la orina y dolor y escozor durante la micción.

El estilo de vida, fundamental

Aunque la edad es el principal factor de riesgo de esta enfermedad, el historial familiar es otro agente de riesgo. Según revela la SEOM, entre el 5 y el 10 por ciento de los cánceres de próstata tienen un componente hereditario. En este sentido, los varones con un pariente de primer grado, es decir, padre o hermano, diagnosticado con este tipo de tumor tienen más posibilidades de padecer la enfermedad.

El estado de la salud prostática puede depender también de otros factores, como cuidar la alimentación. Estudios sugieren que un consumo elevado de grasas animales en la dieta puede influir en el desarrollo de la enfermedad. En general, las dietas ricas en carnes rojas, ácido omega 3, suplementos de cinc y pobres en vegetales, en particular en brócoli y la coliflor, se relacionan con el desarrollo de cáncer de próstata.

Por su parte, la ingesta de soja y productos derivados de la misma, el licopeno, un antioxidante rico en el tomate, y el consumo de más de 6 tazas de café al día podrían ser factores protectores frente a la patología.

También ha de aumentarse la actividad física y evitar hábitos poco saludables, como el tabaquismo o la inesta continuada de alcohol. No obstante, en el momento actual no existen recomendaciones sólidas y definitivas sobre el beneficio de los cambios en el estilo de vida y su impacto en la salud prostática debido a la ausencia de datos concluyentes.

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