El pique de Anita Matamoros a Victoria Federica en medio de un photocall: «Venga, hasta luego»
Anita Matamoros se ha sentido molesta con el trato que ha recibido en un evento
Victoria Federica se ha convertido en uno de los rostros más deseados del momento
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Como cada año, Madrid vive un verano lleno de eventos en los que las personalidades más influyentes del momento se dan cita para apoyar marcas, disfrutar del ambiente y reafirmar su presencia pública. Uno de los encuentros más comentados de los últimos días ha tenido lugar en el Palacio de Santa Bárbara, donde se celebró una exclusiva velada organizada por Mar de Frades. La cita reunió a un elenco destacado de influencers, modelos, actrices y figuras mediáticas, entre ellas Anita Matamoros y Victoria Federica, quienes protagonizaron un momento de tensión que no pasó desapercibido.
La noche prometía ser una celebración del buen gusto y la elegancia veraniega, con un entorno cuidado al detalle que convertía el emblemático edificio madrileño en una evocación del Atlántico. Sin embargo, lo que debía ser una sucesión de posados y entrevistas relajadas terminó derivando en una escena que captó la atención de todos los presentes. Anita Matamoros, habitual en este tipo de encuentros, estaba manteniendo una conversación con los medios cuando la llegada de Victoria Federica alteró el ritmo habitual del photocall y provocó una reacción inesperada por parte de la hija de Makoke.
El instante clave tuvo lugar en mitad de la entrevista. Anita respondía con naturalidad a las preguntas sobre sus planes estivales cuando, de repente, la entrada de la hija de la infanta Elena generó una oleada de atención por parte de los fotógrafos y periodistas. Las cámaras, hasta ese momento centradas en Matamoros, cambiaron su enfoque hacia la recién llegada. El gesto no pareció sentarle nada bien a la joven influencer, que tras girar el rostro para ver a quién se debía la repentina distracción, optó por cortar de raíz su intervención.
El pique de Anita Matamoros
Con gesto serio y sin ocultar su disgusto, Anita Matamoros pronunció un escueto «venga, hasta luego» y se marchó. Los reporteros intentaron sin éxito que regresara para continuar con la entrevista, pero ya era evidente que el momento se había perdido. La incomodidad en el ambiente fue notoria y muchos interpretaron la escena como una reacción directa ante lo que ella consideró un desplante por parte de los profesionales que cubrían el acto.
El contraste entre ambas jóvenes era notable desde el primer momento. Victoria Federica, acostumbrada a acaparar focos por su condición de miembro de la familia real, no buscó ese protagonismo, pero lo obtuvo igualmente. Su sola presencia bastó para desviar la atención de todo lo que ocurría en el set de entrevistas.
A pesar del revuelo, ninguna de las dos implicadas ha ofrecido una explicación pública sobre lo ocurrido. Ni Anita Matamoros ha retomado el tema en sus redes sociales ni Victoria Federica ha hecho alusión al asunto, lo que ha dejado espacio a múltiples interpretaciones sobre la verdadera naturaleza de lo sucedido. Lo que sí es evidente es que la escena refleja las tensiones que pueden surgir incluso en ambientes aparentemente distendidos, donde la visibilidad y el ego tienen un peso considerable.
El silencio de Anita Matamoros
Fuentes presentes en el evento han confirmado que, tras abandonar el photocall, Anita no volvió a colaborar con los medios que esperaban retomar la conversación. Se limitó a continuar su asistencia a la fiesta, pero evitó volver a situarse ante los micrófonos. El malestar que mostró no fue puntual, sino que se mantuvo durante el resto de la noche, aunque sin protagonizar más escenas visibles. La joven dejó claro con su actitud que no estaba dispuesta a pasar por alto lo que entendió como una falta de consideración profesional.
El entorno del Palacio de Santa Bárbara, decorado con motivos marinos y diseñado para invocar la brisa atlántica, fue testigo de un episodio que revela hasta qué punto la exposición mediática puede generar susceptibilidades. En un ambiente cargado de imágenes, expectativas y estatus, cada gesto cuenta, y en esta ocasión, el cambio de atención hacia una figura más mediática fue suficiente para desatar una respuesta tajante.
Anita Matamoros optó esta vez por alejarse sin mediar más palabras. Quienes presenciaron la escena aseguran que la incomodidad fue palpable y que su decisión de abandonar la entrevista fue tan firme como inesperada. Su negativa a continuar y la rapidez con la que se fue dejaron sin margen de maniobra a los periodistas que intentaban reconducir la situación.
Victoria Federica, reina de los eventos
El episodio también reabre el debate sobre las diferencias entre notoriedad mediática e influencia real. Mientras que Victoria Federica cuenta con el respaldo implícito de su apellido y una atención automática cada vez que aparece en público, Anita Matamoros ha construido su visibilidad a través de redes sociales y colaboraciones. Esa diferencia de trato, aunque involuntaria por parte de los reporteros, puede haber sido percibida como una desventaja injusta.
De momento, todo indica que el rifirrafe quedará como una de esas anécdotas veraniegas que se comentan en los círculos sociales y mediáticos durante semanas. Pero también evidencia que, en estos escenarios públicos, la convivencia entre diferentes niveles de fama puede generar roces que solo necesitan un pequeño detonante para salir a la luz. Y en esta ocasión, ese detonante fue la entrada de una figura acostumbrada al foco.
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