La nueva y sorprendente profesión de Alejandro Albalá: de la televisión a trabajar en un estanco

Alejandro Albalá el ex de Isa Pantoja ha pasado de ganarse la vida de plató en plató en la televisión a regentar su propio estanco. La relación con la hija de Isabel Pantoja le valió a un desconocido Alejandro un hueco en la pequeña pantalla. Más allá de la relación con el clan Pantoja llegó un nuevo amor, nada más y nada menos que la influencer, Sofía Suescun. La relación tampoco funcionó, pero le valió para seguir en el ojo del huracán un poco más de tiempo.

Alejando Albalá sorprende con su nueva profesión de la televisión al estanco

 

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La vida de los que llegan a la fama de forma efímera puede tener más de una ida y venida, es el caso de Alejandro Albalá. El eterno ‘novio de’ que decidió crearse su propio puesto de trabajo. Tener un trabajo para toda la vida que dé ingresos, no es nada fácil y menos en los tiempos que corren. Tener estudios garantiza una serie estabilidad y un aumento de posibilidades, en el caso de Alejandro ser conocido le sirvió para poder obtener una cantidad de dinero impensable con un trabajo convencional.

La revista ‘Diez Minutos’ ha revelado en exclusiva en qué invirtió el hombre que apareció en Gran Hermando Dúo o en Supervivientes, el dinero que ganó en la televisión. Actualmente es propietario de un estanco en el barrio madrileño de Carabanchel. Decidió apostar por un lugar en el que se podría ganar bien la vida y así rentabilizó su paso por los realities.

Tener un negocio de este tipo implica pagar una gran cantidad de dinero para poder establecerse o hacerse con un traspaso. Alejandro Albalá lo consiguió, logró ser el dueño y señor de su propio estanco. Detrás del mostrador lo ven sus clientes desde las 9 de la mañana hasta las 15:00 que es cuando cierra.

Él mismo se encarga de mantenerlo limpio y ordenado, consiguiendo atraer las miradas de sus clientes. El giro radical de vida que ha decidió dar Albalá le ha servido para mover de forma inteligente el dinero que ganó en la pequeña pantalla. Una cifra que le ha servido para hacerse con su propio lugar de trabajo.

Alejandro Albalá madruga como el resto de los mortales y ha pasado de ser una cara conocida atendiendo fans a atender a los clientes que llegan a su estanco en un conocido barrio madrileño.