Daniel Sancho

El horizonte judicial al que se enfrenta Daniel Sancho en Tailandia

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El chef Daniel Sancho, hijo y nieto de los actores Rodolfo Sancho y Sancho Gracia, y autor confeso de la muerte de su amigo colombiano, el cirujano plástico Edwin Arrieta Arteaga, tendría un complicado horizonte judicial porque el país asiático en el que se han cometido los hechos –Tailandia– tiene una de las legislaciones más duras del mundo en delitos relacionados con los homicidios. Su pena de prisión podría oscilar entre los 20 años de cárcel y la pena de muerte y, aunque en raras ocasiones se llega a ejecutar esta última, lo que está claro es que tendrá que cumplir condena en una de las prisiones del país, donde la seguridad no está garantizada.

Al respecto, el Código Penal tailandés recoge en su artículo 288 penas severas a quienes cometen este tipo de delitos. La más leve contemplaría la pena de prisión de entre 15 y 20 años, también la cadena perpetua y hasta la pena de muerte. 

En éste último caso, si Daniel Sancho es condenado finalmente a muerte, sólo tendría una opción de salvarse de esta pena capital que impone el Código Penal Tailandés. Es precisamente una alternativa que depende directamente del rey que rige el país, Maja Vajiralongkorn, quién podría salvar al chef de la muerte si éste pide clemencia al monarca. En el caso de que esta situación sucediese y el rey acceda, Daniel Sancho pasaría a cumplir la pena de cadena perpetua e incluso, sólo ante esa situación de excepcionalidad, podría pedir el traslado a una cárcel española. Pero para que esto se llevase a cabo tendría que haber cumplido ocho años –al menos– de prisión en el país donde ha sucedido el presunto homicidio.

La Embajada española en Bangkok ya está prestando asistencia consular a Daniel Sancho, según han confirmado fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. La asistencia consular que presta España en el exterior en caso de que un nacional sea detenido, consiste, entre otras cosas, en facilitar un listado de abogados locales y en la visita de un funcionario consular. Eso sí, siempre que el interesado lo autorice, al menos una vez cada seis meses.

Caso similar

Daniel Sancho no es el único español que ahora mismo se encuentra detenido en Tailandia acusado de asesinar y desmembrar a otro extranjero. Es un caso muy parecido al que cometió Artur Segarra –también ciudadano español– en 2016. Artur, en este caso, asesinó al empresario David Bernat en Bangkok. En un primero momento, el autor de los hechos, pidió clemencia al rey mediante una carta. El monarca se la concedió. Y desde entonces, cumple condena de cadena perpetua en el mismo país.

El precedente al caso de Sancho lo encontramos en 2016 cuando el empresario y estafador Artur Segarra secuestró, torturó, asfixió y descuartizó a un consultor de Lleida llamado David Bernat. Después de meter los restos del cuerpo mutilado en varias bolsas de plástico, al igual que habría hecho Sancho según su propia confesión a la policía tailandesa, Segarra los arrojó al río Chao Phraya, que atraviesa la capital tailandesa.

Segarra fue entregado a las autoridades tailandesas y, un año más tarde, lo condenaron a muerte. Sus abogados recurrieron ante el Tribunal de Apelaciones, que falló en su contra. Más tarde lo intentaron de nuevo ante el Tribunal Supremo, que ratificó la sentencia. No parecía haber salida posible para el español. Pero la suerte de Segarra cambió en 2021. Cada 28 de julio, el excéntrico rey Maha Vajiralongkorn, quien cumple años en esa fecha, muestra en público un acto masivo de clemencia y ordena el indulto para miles de presos, así como conmutar la pena capital por cadena perpetua para muchos reos destinados a ser ejecutados mediante una inyección letal.

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