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El sarampión se dispara en España: 142 casos los dos primeros meses del año frente a los 229 de 2024

La UE y el Espacio Económico Europeo registran 32.265 casos, un "aumento significativo" con respecto a las 3.973 de 2023

sarampión
Una sanitaria sostiene en brazos a un niño con sarampión.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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En las últimas décadas, las vacunas han sido una de las herramientas más efectivas para erradicar enfermedades graves, como el sarampión, que antes cobraban la vida de millas de niños cada año. Sin embargo, en muchos países, un creciente número de padres está optando por no vacunar a sus hijos, lo que está contribuyendo al resurgimiento de enfermedades previamente controladas, como el sarampión. La desinformación y la desconfianza en las vacunas se han convertido en uno de los mayores retos para la salud pública mundial.

En España, los casos de sarampión se han disparado, tal y como está ocurriendo en toda Europa, al informar de 142 casos notificados en los dos primeros meses del año frente a los 229 en todo 2024, según datos de Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

Por comunidades autónomas, los datos, que han sido recogidos desde el uno de enero al nueve de marzo, muestran que País Vasco y Andalucía son las que más casos han informado, 91 y 15, respectivamente. Además, se han notificado tres casos en la Ciudad Autónoma de Melilla, dos casos en Galicia y dos en la Comunidad Valenciana y uno en Madrid.

El pasado viernes el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) informaba de la cifra «más alta» casos de sarampión en Europa en 25 años y la atribuía a la disminución de la vacunación, y es que casi el 90% de las personas diagnosticadas con sarampión en 2024 no estaban vacunadas.

La Unión Europea y el Espacio Económico Europeo han registrado hasta 32.265 casos, un «aumento significativo» con respecto a las 3.973 de 2023, todo ello a pesar de que todos los programas nacionales de inmunización de la región «incluyen una vacuna altamente segura, eficaz y accesible».

A lo largo de 2024, 17 comunidades y ciudades autónomas notificaron un total de 472 sospechas de sarampión de las que 229 se confirmaron. 54 casos fueron importados. En 12 CCAA se notificaron brotes, en general de pequeño tamaño con entre 2 y 4 casos con poca difusión y trasmisión fundamentalmente en el ámbito familiar y en centro sanitario, salvo un brote con 57 casos en Castilla-La Mancha con cadenas de transmisión asociadas, en Extremadura y Andalucía.

En el año 2024 los casos y brotes de sarampión han estado fundamentalmente asociados al incremento de casos de sarampión en Rumanía: importaciones que han generado casos en población residente en España, sobre todo en familias de origen rumano asentadas en España.

Evolución de las vacunas

Han transcurrido 225 años desde que el inglés Edward Jenner (17 de mayo de 1749 – 26 de enero de 1823) administró la que se considera la primera vacuna de la historia, pero un concepto intuitivo de esta protección se remonta varios siglos atrás. Desde el experimento de Jenner el progreso ha sido espectacular, culminando en el desarrollo de vacunas contra la covid en cuestión de meses. Sin embargo, uno de los avances científicos que más vidas han salvado genera también reticencias, un fenómeno tan antiguo como la primera vacuna.

La atenuación y la inactivación aún se utilizan hoy, pero el desarrollo de la ingeniería genética en los años 70 y 80 abrió el camino a una nueva generación de vacunas sintéticas, desde aquellas que utilizan proteínas u otros componentes hasta las que emplean vectores recombinantes, en muchos casos virus inocuos que actúan como vehículos en los que se introducen partes del patógeno contra el que se quiere inmunizar.

El último gran salto tecnológico comenzó a gestarse en los años 90 gracias a varios investigadores, entre los que destacan la bioquímica húngara Katalin Karikó y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman. Consiste en introducir en el organismo las instrucciones, en forma de ARN mensajero (ARNm), para que sea el propio cuerpo el que fabrique su vacuna, el antígeno que estimula la respuesta inmune. Aunque las nuevas plataformas de vacunas pueden adaptarse a virus emergentes, las de ARNm son tan manejables y versátiles que permiten crear una vacuna en apenas semanas, como han demostrado las compañías Moderna y BioNTech-Pfizer contra la covid. «Las vacunas de ARNm son el mayor avance de la última década y una parte inmensa del futuro de las vacunas», señala a OpenMind el especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Virginia William Petri.

Vacuna del sarampión

Por cada persona con sarampión, 9 de cada 10 personas a su alrededor que no estén vacunadas pueden contagiarse. Es un virus altamente transmisible y que puede causar complicaciones graves como neumonía o encefalitis.

Hasta ahora se podía vacunar por separado de varicela y de sarampión-rubeola-paperas. Al conseguir unificarlo para su administración en un sólo pinchazo, se ayuda a evitar los riesgos de estas enfermedades virales. Pero su importancia no termina ahí. «La inmunización masiva no sólo protege a quien recibe la vacuna, sino que también evita la propagación del virus en la comunidad. Este fenómeno, conocido como inmunidad de grupo, es fundamental para proteger a los bebés que aún no tienen la edad para vacunarse y a quienes, por razones médicas, no pueden recibir la dosis», destaca el pediatra.

¿Cómo y cuándo se aplica?

La vacuna tetravírica se recomienda en la segunda dosis de esta inmunización: entre los 3 y 4 años (Calendario de Vacunación e Inmunización año 2025, Sistema Nacional de Salud), aunque la Asociación Española de Pediatría la recomienda a los dos años; que conseguiría disminuir los riesgos propios de estas enfermedades al adelantarla. Así ya está implementada en diversas comunidades autónomas, como Baleares, Castilla y León, Murcia o Valencia.

Sus beneficios clave son: menos pinchazos y más protección. Al incluir estas cuatro enfermedades en una sola vacuna, se reduce la cantidad de inyecciones necesarias; conocemos que es altamente efectiva y, con dos dosis, «la eficacia de protección contra el sarampión supera el 95% y así evitaríamos brotes»; luego cuanto más alto sea el porcentaje de niños vacunados, más eficaz será y ellos se facilitara disminuyendo el número de pinchazos, siendo menor la posibilidad de que el virus se propague. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como objetivo eliminar el sarampión en varias regiones del mundo y la vacunación es la mejor herramienta para lograrlo.

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