¿Por qué hay que hacer la ecografía y la mamografía a la vez y en el mismo sitio?
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Es frecuente que al acudir al ginecólogo éste solicite que los radiólogos hagan una mamografía y una ecografía mamaria bilateral. Es importante, según explican a OKSALUD en consulta la doctora Irene Zabala, radióloga, y la técnico Laura Quintero, del Hospital Universitario Vithas Madrid La Milagrosa, que ambas pruebas se realicen por el mismo equipo profesional para poder valorar mejor el estado de las mamas y, además, en el mismo centro diagnóstico para comparar con los resultados de años anteriores o al menos aportar por la paciente los estudios de los años anteriores realizados en otro centro.
Pero, lamentablemente también es frecuente que, por desconocimiento, las mujeres lleguen al servicio de diagnóstico por la imagen a hacerse una ecografía sin presentar los resultados de su mamografía, hecha previamente. «La ecografía mamaria y la mamografía son estudios complementarios, es decir que cada uno aporta información que al combinarse, permite una valoración global y debería hacerse primero la mamografía y en la misma visita y justo después la ecografía. Lo ideal es que el mismo radiólogo sea el que informe las dos pruebas», destacan las expertas en Radiología.
La mamografía utiliza rayos X o radiación ionizante y la ecografía se vale de las ondas de ultrasonido para detectar alteraciones o cambios en la estructura y los tejidos mamarios. Así, relatan Quintero y Zabala, puesto que cada estudio se basa en distintos métodos técnicos, las imágenes obtenidas aportan datos que se complementan entre sí.
Por ejemplo, podemos ver un nódulo en la mamografía y mediante la ecografía determinar si se trata de un quiste simple o un nódulo sólido. Por otro lado, mediante la ecografía no podemos detectar las microcalcificaciones ( que son depósitos de calcio en la mama) o las distorsiones (alteraciones de la arquitectura de la mama ) y sólo somos capaces de verlas mediante la mamografía. Es por ello que ambos estudios suelen solicitarse juntos, sobre todo cuando las mamas son densas.
Un examen no reemplaza al otro y de acuerdo con la indicación médica, pueden realizarse juntos una vez al año o con la frecuencia que el especialista (tanto ginecólogo o radiólogo) considere más apropiada para cada paciente.
¿Qué es una mamografía y para qué sirve?
Una mamografía, según describe Vithas, es una radiografía de la mama con la que se detectan posibles signos de cáncer de mama en sus etapas iniciales y permite la realización de procedimientos diagnósticos intervencionistas. La cantidad de radiación a la que se ve expuesta la paciente es mínima y no afecta a su estado de salud.
La detección precoz del cáncer de mama reduce el riesgo de morir por la enfermedad en un 25-30% o más, según los datos que maneja el grupo hospitalario, que recomienda comenzar a hacerse mamografías a partir de los 40 años de edad o antes si se considera que están en alto riesgo.
La mamografía de cribado (se realiza en mujeres asintomáticas y permite la detección de cáncer de mama en fases muy tempranas de su desarrollo, por lo que aumenta la probabilidad de realizar un tratamiento curativo de forma precoz) se recomienda cada 1-2 años en mujeres entre 40 y 50 años, y cada año en mujeres de más de 50 años.
Por su parte, la mamografía diagnóstica se realiza en mujeres sintomáticas, por ejemplo cuando hay un flujo anormal por el pezón, o cuando se palpa un nódulo mamario, o existe una inversión del pezón, etc.
Así, una mamografía anual reduce la mortalidad debido a cáncer de mama al permitir el hallazgo de tumores de pequeño tamaño, incluso no palpables, cuando las posibilidades de curación son máximas, además de poder detectar microcalcificaciones, una forma de presentación muy frecuente del cáncer de mama en su etapa más temprana.
¿Para qué sirve cada prueba?
La ecografía, ecosonografía o ultrasonografía es una técnica de diagnóstico que permite ver órganos y estructuras blandas del cuerpo, por medio de ondas sonoras que son emitidas a través de un transductor. Las señales son procesadas por un computador y dan como resultado imágenes de los tejidos examinados.
La ecografía tiene una sensibilidad o capacidad para detectar alteraciones cercanas al 100% cuando se combina con la mamografía. La mamografía permite hallar cánceres de apenas pocos milímetros, pero hay algunas lesiones que no son detectables. Su capacidad para detectar alteraciones es de entre 74 y 95% por sí sola. Por otro lado, tiene una especificidad o capacidad para diferenciar hallazgos benignos de los malignos de aproximadamente un 90%.
«Así, la ecografía mamaria, como hemos dicho -detalla la doctora- ayuda al radiólogo a diferenciar los nódulos sólidos de los quistes de contenido líquido, algo que no se visualiza con la mamografía».
En base a los principios técnicos de cada estudio, la mamografía y la ecografía mamaria bilateral informan características del tejido mamario que son muy útiles para aclarar dudas sobre la benignidad de una lesión y cuándo puede ser necesaria un control más estrecho o una biopsia para confirmar una sospecha.
«Puesto que el objetivo principal es la detección temprana del cáncer de mama, la ecografía y mamografía sumadas e informadas de forma conjunta y simultánea tiene un valor predictivo negativo mejor que realizar el informe de la mamografía y ecografía de manera independiente . Además, es de vital importancia poder comparar con los estudios de los años anteriores. Y por último, y no menos importante, que el radiólogo tenga suficiente experiencia en la radiología mamaria ya que como todo en esta vida para realizar bien las cosas se necesita conocimiento y habilidad , que la da el estudio y el tiempo», según la doctora.