Náuseas y vómitos en el embarazo: ¿Cuándo deben considerarse preocupantes?

Cuando los vómitos y las náuseas persisten más allá de la semana 16, o aparecen de forma grave y persistente, podemos hablar de hiperémesis gravídica

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Las náuseas y los vómitos durante el embarazo son habituales y suelen comenzar al mes o dos meses de la fecundación. Sin embargo, en ocasiones se dilatan en el tiempo, impidiendo a la embarazada llevar una vida normal y convirtiéndose en un motivo de preocupación para ellas.  De hecho, estos síntomas tan comunes son a su vez una de las principales causas de ingreso hospitalario entre las gestantes, con una prevalencia de entre el 80 y el 90% de los embarazos.

En hasta el 2% de casos, además, las náuseas y vómitos aparecen de forma severa y conllevan pérdida de peso, alteraciones hidroelectrolíticas y deshidratación en las embarazadas, dando lugar a una afección conocida como hiperémesis gravídica.

¿Hasta qué punto son normales los síntomas del embarazo?

Las náuseas asociadas al embarazo pueden aparecer durante el primer mes de embarazo y continuar incluso hasta el tercer o cuarto mes, e incluso algunas mujeres presentan náuseas y vómitos durante todo el embarazo. En ocasiones, como decimos, además pueden llegar a suponer un problema para la madre, que puede sufrir una pérdida acelerada de peso por los vómitos continuos.

Sin embargo, aunque sean habituales, tal y como recomienda el Dr. Juan José López Galián, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, «las náuseas y los vómitos excesivos en embarazadas, pueden y deben tratarse». «Se puede recomendar realizar cambios en la dieta, evitar algunos de los factores desencadenantes y, en caso necesario, incluso prescribir terapia farmacológica», añade.

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¿Se pueden evitar las náuseas?

Para evitar las náuseas matutinas y sobre todo la pérdida de peso asociada a los vómitos, que sí puede afectar al bebé, el Dr. López Galián recomienda a las mujeres que estén en esta situación «comer antes de tener hambre, hacerlo lentamente y en pequeñas cantidades -y cada una o dos horas-, para evitar indigestiones». Unas recomendaciones a las que se añadirían otras como:

  1. Eliminar el consumo de algunas sustancias como el café, los alimentos picantes y los alimentos altos en grasas
  2. Apostar por las comidas ricas en proteínas
  3. Incluir alimentos ricos en jengibre en la dieta
  4. Consumir bebidas carbonatadas
  5. Evitar algunos factores ambientales como las habitaciones congestionadas, los olores fuertes y los ambientes calurosos, húmedos o ruidosos…

Si ninguna de estas recomendaciones diera resultado, el especialista recomienda «acudir a un especialista que pueda administrar, en caso de ser necesario, un tratamiento farmacológico que comenzaría por la administración de vitamina B6 (sola o en combinación con otros fármacos como la doxilamina), con la posibilidad de ir variándolo en función de los resultados obtenidos», aclara.

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La hiperémesis gravídica

Cuando los vómitos y las náuseas persisten más allá de la semana 16, o aparecen de forma grave y persistente, podemos hablar de hiperémesis gravídica, una condición grave que afecta a entre el 0,5 y el 2% de las embarazadas y que, como decimos, puede conllevar una pérdida ponderal de peso, alteraciones hidroelectrolíticas y deshidratación, graves tanto para la madre como para el bebé.

«Si las náuseas persisten a lo largo de todo el día, e imposibilitan comer o beber; o existen vómitos recurrentes que impiden retener cualquier alimento o bebida dentro del estómago, siempre se debe consultar con el especialista que lleve el seguimiento del embarazo, quien deberá valorar, en su caso, si realizar el tratamiento de forma ambulatoria, o a través de un ingreso hospitalario», explica el Dr. López Galián, que insiste en «no correr riesgos», defendiendo la «importancia de un diagnóstico temprano y un abordaje adecuado que evite complicaciones, tanto maternas como fetales».

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