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Hallan un fármaco común para mejorar síntomas de Parkinson y su depresión

Un estudio llevado a cabo por hospitales públicos y privados de la Comunidad de Madrid y liderado por la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja acaba de confirmar el hallazgo de fármaco común para mejorar síntomas de Parkinson y su depresión.

Hablamos de un medicamento para el tratamiento del Parkinson, que resulta además capaz de mejorar los síntomas motores de esta enfermedad, así como la depresión que produce.

En qué consiste fármaco común para mejorar síntomas de Parkinson y su depresión

El informe, publicado en Brain Sciences y que será presentado en reconocidos congresos científicos en los próximos meses, se centra en la aplicación de la safinamida, un fármaco multimodal que ofrece una doble acción, como dopaminérgico y no dopaminérgico, revolucionario al tratar individuos que sufren Parkinson, sobre todo por sus buenos resultados a nivel motor.

La inhibición reversible de la monoaminooxidasa B y la modulación de la liberación de glutamato son las acciones que puede generar en el cuerpo la safinamida, lo que explica cómo puede mejorar la respuesta motora, a la vez que incide para bien sobre el estado de ánimo.

Esteban Peña, investigador principal del estudio y neurólogo del Hospital La Moraleja, respondió, ante la preguntado de si este fármaco sería suficiente para evitar enfermedades  depresivas clásicas de los pacientes con Parkinson, que en un 30% de los casos su respuesta fue inmejorable, brindando así una mejor calidad de vida de las personas que conviven con parkinson.

Es importante aclarar que esta depresión no es exactamente igual que las conocidas. Posee algunas particularidades únicas, relacionadas con el Parkinson, y que no aparecen en otros perfiles de pacientes depresivos, por lo que sus tratamientos no servían en estos individuos.

Como es habitual en los ámbitos médicos, primero deben conocerse los alcances totales de un medicamento antes de aplicar otro nuevo al paciente, por lo que la sospecha sobre un segundo efecto positivo de este fármaco formaba parte de las líneas de trabajo habituales.

Asimismo, al contrario de lo que pasaba hasta hace una década, los profesionales de la salud parecen más interesados ahora en poder atacar la depresión de los enfermos de Parkinson y no solamente las dificultades motoras que caracterizan a la enfermedad, en torno a las cuales se ha avanzado enormemente durante el último medio siglo.

Entienden, estos especialistas, que la calidad de vida de quién es diagnosticado con Parkinson a día de hoy, generalmente se reduce más desde lo mental que por los impedimentos puramente físicos, y por eso estos estudios.