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Los efectos de la envidia en nuestra salud física y mental

Este sentimiento es propio de personas con complejo de inferioridad

La envidia es ese sentimiento de dolor y tristeza por el bien ajeno, el deseo de poseer algo que otra persona ya tiene en su poder. Podemos hablar de un sujeto, un bien material o algún aspecto intelectual de suma importancia. Es con la aparición de este pesar cuando el individuo pone su felicidad en manos de otras personas, siendo incapaz de empatizar y compartir su vida con el entorno que le rodea.

Sus efectos pueden ser devastadores para aquel que los sufra, no solo en el terreno mental, sino también en el físico. Ese rencor tan terrible y desmedido termina debilitando la salud del paciente, con resultados muy complicados de mitigar.

¿Cómo afecta la envidia a la salud emocional?

La ansiedad, la ira o el resentimiento son algunos de sus síntomas.

Las personas envidiosas suelen tener una baja autoestima, un miedo irrefrenable a sentirse inferiores a los demás. Esto provoca, a su vez, la soledad de no poder compartir sus experiencias con el resto del mundo. Entre los síntomas más habituales se encuentran también la frustración, la ira e, incluso, la rabia. Ninguna de ellas aporta nada constructivo al individuo y les impide avanzar, situándolo en una etapa de estancamiento emocional y personal.

No obstante, estas no son las únicas consecuencias de la envidia. A pesar de lo que muchos puedan pensar, sus efectos terminan por desencadenar también distintas dolencias y afecciones físicas.

La influencia de la envidia en nuestro cuerpo

La envidia puede generarse por un sujeto, un bien material o aspecto intelectual.