Naturaleza
Especie exótica

Parece inofensiva, pero es una especie exótica que preocupa en España porque altera los ecosistemas nativos

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Hay animales de todo tipo: adorables, pequeños, con pinta inofensiva… pero capaces de generar más impacto del que nadie imagina. Hay uno que se deja ver corretear entre árboles, trepar troncos como si nada y ganarse el cariño de cualquiera que pase por el parque. Parece sacado de un cuento, pero esa ternura no siempre es tan inocente.

La Unión Europea lo ha incluido en su catálogo de especies exóticas preocupantes porque, aunque no causa daños evidentes ni es invasor, cuando aparece fuera de su entorno natural puede desajustar el equilibrio de ciertos ecosistemas.

Esta es la especie exótica que altera ecosistemas sin hacer ruido

Este es el caso de una especie que le gusta a prácticamente todo el mundo: la ardilla roja (Sciurus vulgaris). Es rápida, simpática, con ese pelaje suave y esa cola que parece de plumero. Se puede encontrar en pinares, bosques y cada vez con más frecuencia en parques urbanos, donde no pasa desapercibida.

Sciurus vulgaris. Imagen: Rhododendrites.

No es una especie invasora, es nativa en buena parte del territorio español, especialmente en zonas del norte, el sistema Central, los Pirineos, la cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y algunos sectores del Levante. Pero la Unión Europea la ha incluido en su lista de especies exóticas preocupantes.

La razón es que, cuando aparece fuera de su entorno natural (muchas veces por mano del hombre, porque alguien la soltó o porque escapó), puede alterar el equilibrio de ecosistemas que no estaban preparados para recibirla.

Se adapta fácil, encuentra comida, se reproduce bien y, si nadie la frena, acaba ocupando el terreno a gran velocidad. En zonas como Galicia o Sierra Nevada, donde antes no estaba, ha logrado establecerse gracias a repoblaciones forestales y cambios en el paisaje.

¿Qué implica que sea una especie exótica?

Cuando esta especie aparece en zonas donde nunca había estado, el ecosistema lo nota. No necesita ser invasora ni agresiva para generar un cambio. Basta con que se instale fuera de su entorno natural para que el equilibrio empiece a desajustarse.

Puede competir con fauna local por espacio y alimento, especialmente en hábitats donde no tenía presencia histórica. Suele alimentarse de semillas, piñones, frutos secos, hongos, brotes y, ocasionalmente, insectos, lo que la pone en contacto directo con otras especies que dependen de los mismos recursos.

Además, su densidad tiende a aumentar de forma artificial: recibe comida directa de los humanos, apenas tiene depredadores en entornos urbanos o repoblados, y los paisajes forestales actuales le resultan especialmente cómodos.

¿Por qué esta ardilla está en el catálogo de especies exóticas preocupantes de la UE?

Su introducción en lugares donde no existía antes se considera una intervención humana con potencial ecológico negativo. Esta ardilla no es peligrosa por sí misma, pero fuera de lugar, puede serlo. Por eso la Unión Europea la incluye en el listado de especies exóticas preocupantes. No como invasora, sino como una especie que requiere control, seguimiento y, sobre todo, responsabilidad en su manejo.

No se trata de prohibirla ni de alarmar, sino de asumir que una especie, por muy conocida o entrañable que sea, puede generar desequilibrios si se desplaza fuera de su sitio. Y que una acción tan aparentemente inocente como soltarla en un parque puede tener consecuencias más serias de lo que parece.