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Los arqueólogos no dan crédito: hallan fósiles marinos en un yacimiento romano y no saben cómo llegaron allí

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Una investigación publicada en The Journal of Island and Coastal Archaeology ha sacudido al mundo académico. En la costa atlántica de Marruecos, los arqueólogos descubrieron fósiles marinos de más de 130 millones de años en medio de un asentamiento romano datado en el siglo I d.C.

Lo que desconcierta no es únicamente la antigüedad de estos restos, sino su contexto: están perfectamente conservados entre objetos de uso cotidiano de la época romana, sin señales de manipulación, y en una isla geológicamente demasiado joven como para que su formación allí sea posible.

La combinación de estos factores ha puesto en duda muchas de las suposiciones sobre el comercio, las creencias simbólicas y la relación de las culturas antiguas con elementos del mundo natural.

Estos son los fósiles marinos del Cretácico hallados en un asentamiento romano en Marruecos

La isla de Mogador, ubicada frente a la actual ciudad de Essaouira (Marruecos) fue un importante puerto romano y centro de producción de tinte púrpura, pero su historia geológica no coincide con la de los fósiles hallados.

Los restos corresponden a dos ejemplares de Lamellaerhynchia rostriformis, una especie de braquiópodo marino del Cretácico Inferior, que vivió hace entre 132 y 129 millones de años, mucho antes de que existiera el océano Atlántico tal como lo conocemos hoy.

Estos fósiles no se corresponden con las formaciones geológicas de la isla, lo que descarta que hayan surgido allí de forma natural. De hecho, ya en los años 60 se encontraron fósiles similares en una ánfora en el mismo yacimiento, pero fue el hallazgo de 2009 el que consolidó su valor como evidencia de una práctica humana aún sin explicar.

Posibles razones y usos de los fósiles marinos en la época romana en Marruecos

La hipótesis más aceptada por los investigadores es que estos fósiles fueron transportados desde afloramientos cretácicos ubicados entre Agadir y Essaouira, a unos 50 kilómetros tierra adentro. Su traslado hasta Mogador no fue al azar, sino una acción intencionada cuyo propósito aún se debate.

Desde tiempos prehistóricos, los fósiles fueron recogidos y valorados por distintas culturas. En muchos casos, se les atribuyeron poderes mágicos o curativos, y fueron usados como talismanes, objetos rituales o símbolos de protección.

La cultura romana no fue ajena a estas creencias, y es probable que los habitantes de Mogador compartieran esta percepción, empleando los fósiles en prácticas simbólicas o religiosas.

Otra teoría sugiere un uso comercial. Mogador, como puerto activo, pudo haber recibido estos objetos a través de intercambios con pueblos nómadas del interior, donde hay presencia de yacimientos fósiles. Como bienes raros y exóticos, pudieron ser apreciados tanto por su belleza como por su posible valor espiritual.

Impacto del descubrimiento de fósiles marinos en la historia romana de Mogador

Más allá del asombro inicial, este descubrimiento invita a reflexionar sobre cómo las sociedades antiguas interpretaban el mundo natural. La inclusión de fósiles en contextos domésticos romanos indica una sensibilidad especial hacia elementos que, aunque misteriosos, evocaban poder, antigüedad o conexión con lo divino.

Este hallazgo, sin dudas, ofrece una nueva mirada sobre la vida cotidiana en las colonias romanas del norte de África.