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Tu perro no te chupa las piernas porque te quiera, la razón te deja sin palabras: lo dicen los expertos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

¿Alguna vez te has preguntado cuál es el motivo por el que tu perro te chupa las piernas? Este gesto, aunque puede resultar sorprendente, e incluso algo incómodo en determinadas situaciones, se explica por la forma en que estos animales se relacionan con su entorno. No se trata de un capricho, sino que hay una serie de razones concretas que lo explican, como la curiosidad o la necesidad de afecto. Es esencial comprender los motivos para mejorar la convivencia y responder como es debido a este gesto.

Lo más importante es entender que cada vez que tu perro te chupa las piernas te quiere decir algo. Puede que se encuentre nervioso por alguna razón y necesite calmar su ansiedad o que necesite interactuar contigo después de estar varias horas solo. Conocer esta razones ayuda a interpretar el comportamiento del animal y a establecer límites de una manera afectiva y respetuosa.

¿Por qué el perro te chupa las piernas?

Para algunos perros, la piel de sus dueños es irresistible, ya que el sudor contiene sales y otras sustancias que resultan atractivas para ellos. Según especialistas en comportamiento canino, «el lamido está relacionado con la curiosidad y el gusto; la piel humana ofrece una experiencia sensorial que a los perros les encanta explorar». El aroma de cremas, lociones o protectores solares también puede intensificar este comportamiento. Cada olor nuevo representa un estímulo que despierta su interés.

Desde que son cachorros, los perros reciben lamidos de sus madres como forma de limpieza y cuidado, y este comportamiento se transfiere a la relación con los humanos. Como explican los expertos, «cuando un perro lame a su dueño, está reafirmando su vínculo y expresando confianza y cariño». Al lamer tus piernas, te está incluyendo en su manada y reforzando su sentido de seguridad.

En ocasiones, los perros aprenden que lamer provoca una reacción de su dueño. Si cada lamido desencadena caricias, palabras o incluso una sonrisa, el animal lo interpreta como un refuerzo positivo. «El lamido se convierte en una estrategia para atraer la atención y generar interacción», señalan los especialistas. Para moderar este comportamiento, es recomendable ofrecer dar juguetes, iniciar un juego o premiar conductas calmadas puede redirigir su energía sin castigarle.

Lamer también cumple una función de acicalamiento. En su entorno natural, los perros se lamen entre sí como forma de limpieza y cuidado mutuo. Según expertos, «el lamido actúa como una especie de spa social; es una forma de mostrar cuidado hacia los miembros de su grupo, aunque se trate de humanos». Aunque no sustituye un baño ni un cepillado, este gesto refleja su instinto de mantener a su manada limpia y segura.

En algunos casos, el lamido es una señal de nerviosismo o estrés. «Si un perro lame excesivamente o muestra otros signos de estrés, es recomendable consultar a un veterinario o especialista en comportamiento», advierten los expertos. Esto permite descartar problemas de salud y aplicar estrategias para aliviar la ansiedad, como rutinas de ejercicio, juguetes interactivos o técnicas de entrenamiento positivo.

Por último, lamer es una conducta natural y heredada. Los perros lo hacen desde siempre como parte de su manera de explorar el mundo y comunicarse. Cada lamido transmite información sobre su estado emocional, sus preferencias y su interacción con el entorno. Algunas razas y temperamentos son más propensas a este comportamiento, mientras que otras lo realizan de manera ocasional.

¿Es preocupante?

En la mayoría de los casos, el hecho de que tu perro te lama las piernas no es motivo de preocupación, sino que se trata de un comportamiento natural relacionado con su forma de interactuar con el entorno. Tal como señalan especialistas en comportamiento animal, «el lamido es un acto social que refuerza el vínculo y transmite emociones positivas, siempre que no se convierta en una conducta repetitiva o compulsiva».

Ahora bien, si el lamido se vuelve excesivo, se repite de forma compulsiva o aparece acompañado de otros signos de nerviosismo, conviene prestar atención. «Muchas veces, detrás de un lamido persistente hay estrés, ansiedad por separación o incluso dolor físico», advierten los profesionales.

El tratamiento dependerá de la causa, pero puede incluir cambios en la rutina de paseos y ejercicio, técnicas de desensibilización y contracondicionamiento o estrategias de enriquecimiento ambiental. Estas medidas proporcionan al perro más recursos para gestionar sus emociones sin recurrir de manera constante al lamido.

Finalmente, cabe señalar que cada lamido es una forma de comunicación. «Cuando un perro lame, está transmitiendo un mensaje; nuestra tarea como responsables es aprender a escuchar y comprender ese mensaje», explican los especialistas. Por lo tanto, es necesario interpretar correctamente estas señales para construir una relación armoniosa con el animal basada en el respeto y el cariño.

«Cada lamido es más que un gesto instintivo: es la manera en que un perro dice «te quiero», buscando cercanía, protección y un vínculo que solo entiende desde el corazón».