Dra. González: «Pasar mucho tiempo con el traje de baño mojado favorece el crecimiento bacteriano»
"El 50 % de las mujeres sufre infecciones del tracto urinario a lo largo de su vida"
"Hidratación, probióticos y ropa seca: claves para prevenir molestias comunes en la época estival"

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Las infecciones del tracto urinario (ITU) se incrementan hasta un 30 % durante los meses más cálidos y se debe, en gran parte, al exceso de humedad en la zona urogenital producido por el uso prolongado de bañadores mojados, la sudoración y los baños frecuentes, tal y como explica en entrevista a OKSALUD, la doctora Dra. Maricruz González Álvarez, ginecóloga y obstetra, responsable de la Unidad de Diagnóstico Prenatal del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario (Madrid).
«Todas estas circunstancias típicas de la época estival alteran la microbiota vaginal protectora, facilitando la proliferación de bacterias responsables de la cistitis, uretritis o vaginitis. Las mujeres, por su anatomía, son más vulnerables, especialmente durante el embarazo y la posmenopausia», explica la doctora y nos da las claves para evitar las ITU este verano.
PREGUNTA.- ¿Por qué aumentan las infecciones urinarias y la cistitis durante los meses de verano?
RESPUESTA.- La infección del tracto urinario (ITU) consiste en la colonización y multiplicación microbiana, habitualmente bacteriana, a lo largo del trayecto del tracto urinario. Se denomina pielonefritis si afecta al riñón, cistitis si implica a la vejiga y uretritis si afecta a la uretra.
La literatura científica refrenda el conocimiento popular de que son más frecuentes en verano. Hecho que puede ser debido al aumento de humedad en el área urogenital (baños, ropa mojada, sudor), unido al aumento del calor en la zona. Se ha demostrado que en los días en que la temperatura media semanal se sitúa entre 25º y 30°C, la incidencia de ITU aumenta en un 20-30% con respecto a las semanas en las que la temperatura de la semana anterior oscila entre 5º y 7,5 °C.
Esto, unido al aumento de la frecuencia de las relaciones sexuales, hace que se altere la flora vaginal normal y no pueda mantener a raya las bacterias que provocan la aparición de cistitis, uretritis y vaginitis.
P.- ¿Qué grupos de población son más vulnerables durante el verano? ¿Los hombres también sufren cistitis?
R.- Las ITU siguen en frecuencia a las del aparato respiratorio y son las infecciones hospitalarias más habituales en España. Afectan más al sexo femenino porque la uretra es más corta y está más cerca del recto en las mujeres. Hasta un 50% de las mujeres puede presentar una ITU a lo largo de su vida, lo que se relaciona con la actividad sexual, los embarazos y la edad. Pero hay dos periodos de especial relevancia por su severidad, recurrencia o secuelas: embarazo y posmenopausia
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- Embarazo: de forma sistemática se realiza un urocultivo en los tres trimestres del embarazo, aunque la mujer no tenga síntomas. De esta manera se previenen consecuencias para la madre (pielonefritis aguda, hipertensión inducida por el embarazo, anemia, trombopenia e insuficiencia renal transitoria), como para el feto (aborto, prematuridad, bajo peso). Hay que remarcar que el uso de antibióticos está, además, limitado por el estado de gestación en sí mismo.
- Menopausia: hay un incremento de las tasas de ITU, que suelen ser más recidivantes y refractarias a los tratamientos por los diferentes items que se agrupan. La ausencia de estrógenos, característica de esta etapa, empeora la calidad de la mucosa vaginal, uretral y vesical. Además de que reduce la concentración de los lactobacillus en la flora vaginal a favor de especias patógenas. Inclusive confluyen otros parámetros, como la incontinencia, el prolapso de órganos pélvicos o la aparición de diferentes enfermedades a lo largo de la vida de la mujer.
P.- ¿Cuáles son los síntomas de alarma que nos deben hacer acudir al médico de forma inmediata?
R.- Los síntomas más frecuentes son dolor o ardor intenso al orinar, aumento de la frecuencia miccional junto con micciones muy escasas, dolor en la zona central de la pelvis y, en ocasiones, orina turbia o con sangre. Ante este cuadro, se recomienda consultar con el médico de Atención Primaria para valorar la realización de una prueba rápida de orina junto con urocultivo, y el inicio, si está indicado, de tratamiento antibiótico.
Por supuesto, si la paciente presenta factores de riesgo como los descritos u otros médicos (diabetes, trasplante renal, cirugía urológica, inmunosupresión, etc.), junto con fiebre alta, mal estado general o dolor intenso en la espalda, la consulta ha de ser más precoz o, incluso, directamente en el servicio de urgencias del hospital .
P.- ¿Qué papel juegan los bañadores mojados o la ropa húmeda en el desarrollo de estas infecciones?
R.- Pasar excesivo tiempo con traje de baño mojado o ropa interior húmeda crea un ambiente cálido y húmedo que favorece el crecimiento bacteriano patológico y altera la microbiota vaginal, que normalmente nos defiende, debilitándola.
P.- ¿Las piscinas públicas pueden favorecer este tipo de infecciones? ¿Qué factores hay que tener en cuenta?
R.- Durante las vacaciones de verano se utilizan más los baños públicos o aseos al aire libre, que pueden tener condiciones de higiene deficientes. El uso de baños poco limpios, o el no poder secar o limpiar adecuadamente la zona, puede aumentar el riesgo de exposición y proliferación a bacterias y, por lo tanto, la probabilidad de desarrollar una ITU.
P.- ¿Cómo influye una hidratación insuficiente en la aparición de cistitis o infecciones urinarias?
R.- La deshidratación es una situación muy frecuente en verano y beneficia que se incrementen las ITU por dos mecanismos: el cuerpo tiene menos agua disponible por lo que concentra la orina y la hace más propicia para el crecimiento bacteriano y se disminuyen las micciones que, por un efecto de arrastre, expulsan bacterias al exterior con la orina.
P.- ¿Qué consejos preventivos básicos puede seguir la población para evitar las infecciones urinarias?
R.- Básicamente:
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- Adecuada ingesta de agua: mínimo 2 litros al día.
- Realizar micciones frecuentes: no aguantarse las ganas en demasía (máximo cada 2-3 horas). Y siempre después de relaciones sexuales.
- Evitar el estreñimiento, que aumenta la concentración de patógenos en el área genital y la limpieza anal desde delante hacia atrás después de la defecación.
- Evitar el uso de ropa muy ajustada, sobre todo si está mojada.
- Intentar seguir la dieta mediterránea que es la que mejor mantiene nuestro sistema inmune, nos provee de una fuente extra de agua en forma de frutas y verduras y mejora el tránsito intestinal.
- Uso de complementos alimenticios que ayuden a la prevención o eviten la recurrencia de las infecciones urinarias. Vuelven la orina hostil a los microorganismos: sobre todo los que combinan D-Manosa, sustancia que evita la adherencia bacteriana a la mucosa vesical y cepas de lactobacillus específicos, que restauran la flora vaginal y la salud del área urogenital.
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