6 motivos para saltarse el entrenamiento
Los planes de entrenamiento están para cumplirlos, pero la mayoría de personas no disponen del suficiente tiempo y capacidad para llevarlos a cabo. No hay que olvidarse que no somos profesionales, y que tenemos otras obligaciones como el trabajo o la vida familiar. Por eso deberías saber que hay ciertas situaciones que invitan a descansar, a tomarse un descanso. A continuación te damos 6 motivos para saltarse el entrenamiento.
1-Estar lesionado: resultado muy complicado ejercitarse con molestias físicas. Por mucho que nos cuidemos, nadie está exento de acabar lesionado. No ocurre nada por tomarse un par de días de descanso y ponerse en manos de un profesional para que nos asesore con la recuperación. En muchos casos con reposo puede ser suficiente, pero si no consigues aguantarte parado puedes realizar otro tipo de entrenamientos para no perder la forma. Modificar la rutina de ejercicios por otra que no impacte tanto sobre la parte dañada es la opción más adecuada.
2-Te encuentras muy cansado: en ocasiones merece la pena escuchar al cuerpo. Después de darte un madrugón, realizar un viaje o una jornada de trabajo muy agobiante, lo último que te apetece al llegar a casa es coger la mochila e irte al gimnasio. Te tumbas en el sofá y te olvidas por completo. Es algo que puedes realizar, pero sólo de vez en cuando para no convertirlo en una rutina. Ese día puedes descansar y recuperar fuerzas para las siguientes jornadas.
3-Jornada muy agobiante, con muchos planes: tener el día ocupado con multitud de actividades no es en realidad una excusa para saltarse el entrenamiento, pero sí que podrías optar por hacer una sesión más corta e intensa. Los métodos de ejercicio de alta intensidad por intervalos duran apenas cinco minutos. Es una buena opción para desconectar después de un día muy agobiante.
4-Cuando tienes gripe o te encuentras enfermo: no tiene sentido que acudas al gimnasio con los síntomas de debilidad que te aporta un resfriado. Lo ideal sería quedarse en casa, tapado con la manta. Es muy probable que sufras dolor de garganta, te cueste respirar y tengas unas décimas de fiebre. Al ejercitarte enfermo tienes más posibilidades de sufrir deshidratación, algo que no conseguirá precisamente mejorar tu estado de salud.
5-Después de realizar una carrera muy exigente: hay competiciones deportivas, como puede ser el caso del maratón, que resultan muy duras y dejan al organismo bajo mínimos. Por eso tú cuerpo te pedirá un descanso, aunque también las endorfinas estarán disparadas y te harán creer que puedes con todo. Lo mejor es que te tomes unos días de descanso para recuperarte de los esfuerzos.
6-Tienes jet lag o no has dormido lo suficiente: el ejercicio, en estos casos, lo único que conseguirá será agotarte un poco más. Además, al descansar tan mal por la noche hay una mayor apetencia a los alimentos ricos en calorías, que son los que te hacen ganar peso. Procura dormir un poco y retrasa tu vuelta al gimnasio hasta que te encuentres mejor de energías. No merece la pena ejercitarse tan agotado.
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