Recetas de cocina

Pan de cebolla

El pan de cebolla es uno de esos panes que si pruebas está perdido porque sea cual sea su tamaño, siempre se queda pequeño.

Y es que, el pan de cebolla, es uno de los panes más ricos y que más juego dan. Podemos consumirlo tal cual, desmigado en unas deliciosas sopas de ajo o, simplemente tostado con un poquito de queso por encima… Podríamos seguir enumerando opciones, pero nos apetece mucho más comérnoslas todas, así que si os apuntáis, vamos con esta receta de pan de cebolla que, estamos seguros, se convertirá en un básico en vuestras mesas.

Ingredientes:

Elaboración:

Comenzaremos añadiendo la levadura y la cucharadita de azúcar en el agua (recordad que debe estar templada). Removemos y dejamos hasta que ambos ingredientes queden bien diluidos. Reservamos.

Lavamos la cebolla y la picamos en trozos pequeños que pondremos en un cuenco junto con el aceite de oliva. Reservamos. Recomendación: El tamaño de corte de la cebolla dependerá de vuestro gusto, si preferís encontraros trocitos más grandes, cortadla menos picada. En cuanto a la cantidad, nosotros hemos empleado la mitad de una cebolla grande, siendo más que suficiente. No obstante, si la vuestra es más pequeña o, una vez picada os parece poco, podéis añadirle algo más, pero sin abusar para que el interior del pan no sea una pasta de cebolla sin apenas miga.

Agregamos la sal a la harina y tamizamos. Echamos esta última preparación en otro bol y vamos incorporando el agua, la cebolla (con el aceite) y la mezcla de levadura.

Removemos con un utensilio de madera y, cuando todos los ingredientes estén incorporados, pasaremos a trabajarlos con las manos.

Para ello, pondremos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y la amasaremos hasta obtener un resultado que muestre homogeneidad y, además, no se nos quede pegado a las manos.

Cuando lo hayamos conseguido, colocaremos la masa en un recipiente que cubriremos con un paño o con papel transparente de cocina, dejando que repose hasta que doble su tamaño (tarda más o menos entre 1 hora o 1 hora y 30 minutos).

A falta de unos 10 minutos, ponemos el horno a precalentar a 200 grados.

Con la masa ya lista, la daremos la forma que más nos guste y metemos al horno durante alrededor de unos 50 minutos. Como siempre, este tiempo dependerá de la clase de horno que tengáis en vuestras casas. Truco: Si notáis que el pan comienza a tostarse pero no estáis seguros de si su interior está bien hecho, bastará con que le deis unos golpecitos (como si estuvieseis llamando a una puerta) en la base y, si éste suena hueco, podréis sacarlo sin más.

Una vez hecho, retiramos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

¡Y ya tendremos nuestro pan de cebolla!

Sugerencia: Este tipo de pan presenta un sabor tan único que puede ser empleado en mil utilidades más, por lo que si se os queda duro, no dudéis en preparar unos buenos picatostes al horno o molerlo para obtener un pan rallado con ese toquecito de sabor extra (riquísimo para empanar, por ejemplo, pollo).