La sucia y falsaria estrategia del PSOE de echarle la culpa a Koldo

A medida que pasan los días el PSOE insiste en su estrategia de convertir a Koldo García, ex asesor del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos, en el perfecto chivo expiatorio que purgue, en solitario, los pecados de un partido acosado por los escándalos de corrupción. Es una estrategia tan estúpida que se cae por su propio peso: ¿Acaso alguien piensa que Koldo García era la llave que abría la puerta de los distintos ministerios y comunidades socialistas que adjudicaron una lluvia de contratos irregulares -dejémoslo por el momento ahí- a la trama de comisionistas? ¿En qué cabeza cabe pensar que los supuestos casos de corrupción empiezan y terminan en la figura de Koldo?

Denominar a la trama orquestada dentro de las administraciones socialistas -Gobierno y autonomías- como el caso Koldo es una estupidez superlativa, porque todo lo que hemos conocido en las últimas semanas trasciende, y mucho, a la persona del ex asesor de Ábalos. Estamos ante el caso PSOE o, para ser más exactos, ante el caso Sánchez, porque el entramado responde a un plan de amplio espectro en el que Koldo desempeñó un papel secundario, por mucho que el PSOE le señale como único responsable de la trama de comisionistas que se vio favorecida por el Gobierno y los ejecutivos autonómicos socialistas.

A Koldo García el PSOE  le está señalando como único culpable de una trama en la que los peces gordos tratan de escabullirse con peregrinos argumentos que se les vuelven en contra. Peces gordos que ahora se rasgan las vestiduras y se dan hipócritas golpes de pecho, mientras cargan contra un ex asesor ministerial. Koldo García no era más que el eslabón de una cadena que manejaban los de arriba. Y entre los de arriba, el responsable principal es Pedro Sánchez, cuyo cinismo a la hora de derivar responsabilidades políticas y penales sobre los hombros de los chivos expiatorios es una patética exhibición de bellaquería personal y política.