Sólo sí es sí y sólo 2 son 2

pulseras telemáticas

Se acuerdan cuando el Ministerio de Igualdad, para tratar de paliar el desaguisado provocado por la ley del sólo sí es sí, dio una instrucción urgente para atender en 24 horas la instalación de pulseras telemáticas ante las «excarcelaciones sorpresivas o inesperadas» de violadores. Lo de las «excarcelaciones sorpresivas e inesperadas» es de guasa, porque da la sensación de que los violadores puestos en libertad lo han sido por un capricho de los tribunales de justicia y no por los efectos perversos de una norma que se ha convertido en la mejor aliada de los agresores sexuales. En todo caso, lo de la pulsera ha resultado un absoluto fracaso, como lo demuestra el hecho de que sólo dos mujeres han solicitado estos dispositivos. Según la última actualización del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), 74 condenados han sido excarcelados al ver rebajada su pena por el sí es sí, algunos de ellos con un elevado riesgo de reincidencia, como es el caso de Daniel P. G., un violador con un historial de 17 agresiones sexuales y que fue puesto en libertad el pasado enero después de que la Audiencia de Lérida le rebajara a nueve y medio los 15 años de condena que se le habían impuesto en 2010. Los servicios penitenciarios alertaron de su perfil, pues en 2008 tardó apenas un mes en violar tras salir de prisión.

Que apenas dos mujeres hayan aceptado la pulsera telemática demuestra hasta qué punto las víctimas de los agresores sexuales puestos en libertad son conscientes de que este dispositivo no sirve para nada. Y lo saben por propia experiencia, porque conocen mejor que nadie cómo son y cómo se las gastan. Por eso, que el Ministerio de Igualdad, en lugar de asumir su gigantesco error, se dedicara a poner pulseras telemáticas a disposición de las víctimas es una indecencia. Por cierto, la ley sigue en vigor. ¿Hasta cuándo, Pedro Sánchez?

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