Sánchez ya está en campaña

Sánchez ya está en campaña

Nos guste o no, hay que reconocerlo: Pedro Sánchez está en racha. Si hay repetición de elecciones, los sondeos internos que maneja la potente maquinaria de análisis político-electoral del PSOE auguran a los socialistas una subida hasta los 150 disputados. Y si no celebramos nuevos comicios, ello se deberá a que Sánchez finalmente ha logrado ser investido presidente.

Es posible que Podemos sólo facilite su investidura, condenando al líder socialista a un precario gobierno en solitario en el corto plazo. Pero, aún así, el tiempo correría en favor de Sánchez, pues podría escenificar desde el Ejecutivo que es la fuerza útil de la izquierda, y que si no puede llevar a cabo sus proyectos, ello sucedería por culpa de la terca ambición de Iglesias.

La conclusión es evidente: tarde o temprano, dentro de tres meses o dentro de tres años, cuando Sánchez vuelva a enfrentarse a unas elecciones, los socialistas probablemente robarán a los podemitas en torno a 15 o 20 diputados. En el campo de la izquierda, el desgaste corre a cargo de Podemos, y el viento sopla a favor del puño y la rosa.

Como Sánchez navega a favor de la corriente, y además ésta le lleva a buen puerto, con toda lógica ha decidido actuar con calma. De momento, prosigue sus reuniones con diversos colectivos sociales. Todo tiene aroma de teatrillo. En cuanto a las negociaciones reales, de esas, por el momento, no hay ni rastro de convocatoria; Sánchez prefiere dejar que Podemos se cueza a fuego lento, en la ansiosa encrucijada de las decisiones. A esta situación, tan propicia para el líder socialista, hay que añadir una paradoja final; los Presupuestos aprobados por Mariano Rajoy antes de la moción de censura continúan en vigor, favoreciendo el crecimiento de la economía y del empleo. Y de este buen clima social también se beneficia Sánchez.

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