Sánchez, no tienes más que 15 de 100
Siempre pensé que ser de izquierdas o derechas era una posición intelectual derivada de la meditación que, sintéticamente, suponía considerar la sociedad y su gestión desde la libertad del individuo o reflexionar la gobernanza general por medio del administrador estatal. Tan digna, lícita y solvente es una como otra visión, por más que desde la izquierda estatalista se quieran erigir en garantes y propietarios de la más impoluta ética y adalides del progreso y la solidaridad, aceptando o disculpando todo tipo de ponzoña y detritus que provenga de sus posiciones, y criminalizando al extremo cualquier mácula, por liviana que sea, si se produce en la diestra. El problema no es de posición política, sino intelectual, de forma que te encuentras con estúpidos, mononeuronales que creen haber hallado la piedra filosofal y que pueden salvar el mundo en ambos lados de la cuerda.
Ahora toca la siniestra más gansa, con ideas como las de una legislación en favor de la eutanasia o generar un monopolio estatal sobre la marihuana al estilo tabacalera. Recordar, como ejemplo, que se considera machista al hombre de derechas por el sólo hecho de serlo, mientras Sánchez reafirma con énfasis su feminismo informando en televisión de que su mujer hace la comida y él mete los platos en el lavavajillas. “Jodo, Pepe” a mí me parece hacer poco en casa el “hacer un Sánchez”, pero bueno… Y, luego viene el otro feminista ponzoñoso que dice luchar por la igualdad por hablar de “nosotras y nosotros” y te espeta un “la azotaría hasta que sangrase». Claro que como ellos “cabalgan las contradicciones” y se fuman un puro, pues todos contentos. ¡No cabe un tonto más en esta casa!
Entre tanto, los perritos sin alma luchamos en el día a día para desenvolver nuestro futuro y el de los nuestros, nadando contra corriente en medio del mar, con la única intención de alcanzar la orilla donde descansar y no morir con la cabeza en el océano y los pies en la playa, mientras ellos se dedican a tratarnos como bobos solemnes y hablan de subir los impuestos, en lugar de discutir y gestionar mejor lo mucho que nos sacan del bolsillo. Pero eso no, eso es de derechas, fascista o inapropiado ¡No cabe un tonto más! Con 85 diputados, que es el 22% del total de votantes que fue del 69%, supone que de cada 100 españoles tiene 15 votantes y resultando que el 47% de los votantes era de izquierda.
Es decir, de cada 100 españoles 32 son corvos, en lugar de reconocer la derrota, se erigen en supremacía moral, política, ideológica y defensores del pensar de todos los españoles y se permiten generar polémicas de letrina con la creación de diferencias sociales, concediendo ADNs de primera y de segunda, luchando contra un muerto hace más de 40 años, reabriendo heridas ya cerradas en las décadas de los 80 y 90 por quienes de verdad sentían la piel rasgada, despreciando a las víctimas del terrorismo, discutiendo sobre la vida y la muerte intentando alcanzar a Dios para, después, perseguir a los cristianos, marcar la diferencia de sexos para lucrar unos euros destrozando la igualdad conseguida y poniéndola en peligro. Pero eso sí, con un tono e impostura de superioridad moral que desprecia no sólo al disidente, sino a los que sólo queremos vivir en paz. Señor Sánchez, prometí concederle no 100, sino 150 días de gracia, pero piense que tiene la obligación de ser el presidente de todos.