RTVE: de derrota en derrota hasta el fracaso final

¿Quién y quiénes van a devolver a los contribuyentes la morterada de millones que les ha costado lo de Eurovisión (ridículo incluido), el dinero en el fracaso de Broncano, la brutal cifra en la pasada de La Familia…? Suma y sigue…
Me llegan noticias desde RTVE que el astifino José Pablo López, mucho más artista de lo que pudiéramos intuir en sus años jóvenes cuando pululaba por el canal de los obispos y, posteriormente, en Telemadrid (¡Gracias Ignacio Aguado! ¡Gracias Cristina Cifuentes!), anda un tanto cabizbajo ante el estado de los asuntos que rodean al flamante presidente de la empresa pública.
He escrito unas cuantas veces que no es la persona, por lo que el columnista ha conocido, que pintan sus adversarios (¿sería más propio decir enemigos?) como un conspirador “mefistofélico” cuajado de ambición que se ha entregado al ordeno y mando que le dictan desde Moncloa y Ferraz.
Jamás pude imaginar la falta de pudor a la hora de utilizar la radiotelevisión estatal pública que ha devenido en una televisión de partido o partidos que confluyen en la defensa sin ocasión de aquellos objetivos gubernamentales.
En realidad, la cabeza de JP depende de que Broncano y sus jefes decidan continuar seis meses después de que el bueno de Pablo Motos haya puesto las cosas en su sitio y le moje la oreja noche, noche también. También de que la cósmica Belén Esteban no les mande a chiflar a la vía y que el Consejo de Informativos no continúe señalando al jefe máximo que fue elegido a dedo por voluntad del inconmensurable hacedor hispano.
Los parlamentarios que tienen la misión de vigilar lo que se hace en un grupo audiovisual que es de todos señalan que en sus comparecencias en la parlamentaria Comisión de Control se muestra «subiditos y agresivos». JP sabe, supongo, que el dinero público es sagrado y que no vale arrojarlo por el desagüe por mor de contar con unos dígitos más en el share. Comprar fútbol al precio que sea; competir con ventaja con las empresas privadas o privilegiar a nombres y apellidos (con sus respectivas productoras) al margen de la libre competencia e igualdad de oportunidades.
¡Él sabrá! En potenciar la 1, ha gastado 453 millones. Resultado: su incremento es residual. Punto.