El PSOE se lanza a la Formación del Espíritu Nacional sanchista

Editorial

No es por casualidad que en el programa electoral de los socialistas catalanes se abogue expresamente por «intensificar las actuaciones destinadas al conocimiento de la historia reciente para concienciar a los jóvenes del peligro de los totalitarismos, y, en general, orientar globalmente las políticas de memoria democrática al objeto de prevenir el resurgimiento del fascismo y garantizar que no se repita el avance de la extrema derecha en toda Europa». El PSOE ha decidido llevar el fango del fascismo a las aulas para dar continuidad al relato surgido de la impostada reflexión de cinco días del autócrata Pedro Sánchez.

El socialismo se parece cada vez más al franquismo y se ha empeñado, como entonces, en la Formación del Espíritu Nacional, a modo y manera de aquella asignatura obligatoria en el plan de Bachillerato durante la dictadura (FEN), cuyo objetivo era la adquisición de valores que se identificaran con el concepto franquista de España. Por supuesto, entonces el enemigo era el comunismo, sustituido hoy por el «fascismo» y la «extrema derecha». Por lo demás, pocas diferencias hay, porque si antes se trataba de educar a los jóvenes en los valores del franquismo, hoy hay que meterles en vena los valores del sanchismo. De modo que el PSOE está empeñado en eso: en el adoctrinamiento puro y duro al objeto de moldear a su antojo a las nuevas generaciones. La educación es una palanca de la que siempre se han valido los regímenes totalitarios y este Gobierno está mutando en régimen a marchas forzadas. El punto de inflexión ha sido la reflexión fake de Pedro Sánchez y desde entonces no hay día en el que el socialismo no se descuelgue con un nueva idea o propuesta orientada a hacer pasar por el aro a quien no le baile el agua. Lo peor es que ya no se esconden: ahora emulan a Francisco Franco y se quedan tan anchos.

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