Premio gordo de Sánchez a Conde-Pumpido por los servicios prestados

El Gobierno de Pedro Sánchez pretende -en sentido figurado, se entiende- matar dos pájaros de un tiro: por un lado, deshacerse de María Teresa de la Vega, la que fuera presidenta del Consejo de Estado y que ahora está en guerra con la máxima responsable del organismo consultivo, Carmen Calvo. De la Vega, consejera permanente, no asiste a los plenos que se celebran con carácter mensual, pese a que es, en teoría, obligatorio. Dos ex vicepresidentas del Gobierno enfrentadas en el Consejo de Estado, donde María Teresa Fernández de la Vega preside actualmente la sección séptima.
La situación se ha hecho insostenible y Pedro Sánchez pretende llevar a cabo un movimiento arriesgado: remover de su puesto a De la Vega por la vía de forzar su renuncia y poner en su lugar a Cándido Conde-Pumpido, actualmente presidente del Tribunal Constitucional y gran valedor de la amnistía. El mandato de Pumpido termina a finales de año y, en pago a los servicios prestados, Sánchez pretende agradecerle su apoyo colocándole de consejero permanente del Consejo de Estado, con un sueldo vitalicio de 130.000 euros anuales. Pero, para ello, es condición necesaria deshacerse de De la Vega, que no lo pondrá fácil. Apelar a razones de edad para forzar su renuncia es difícil, más aún en un organismo donde hay otros consejeros que son mayores que la ex vicepresidenta.
Parece obvio que Sánchez quiere dejar colocado a Conde-Pumpido y su plan no puedo eternizarse por la sencilla razón de que el jefe del Ejecutivo sabe que su tiempo, dada su debilidad política, puede agotarse en cualquier momento, de modo que el Gobierno ya anda moviendo los hilos para proceder al recambio en el Consejo de Estado, otra institución utilizada por el sanchismo y convertida en jaula de oro. En cualquier caso, lo que está claro es que el objetivo es garantizarle a Conde-Pumpido una salida airosa después de que éste se haya erigido en el mayor apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez.