El PP, obligado en el País Vasco a elegir entre lo malo y lo peor

PP País Vasco

En política, hay veces que uno se ve obligado a elegir entre lo malo y lo peor. «Pongo desde ya los votos de mi partido al servicio del constitucionalismo para retirar a Bildu cualquier posibilidad de gobierno». ¿A quién se refería el presidente del PP cuando hablaba del «constitucionalismo»? Pues uno de los destinatarios del mensaje es el PNV, formación nacionalista a la que el PP facilitaría su llegada a distintos gobiernos a fin de que estos no cayeran en manos de Bildu, el partido de Arnaldo Otegi que concurrió a estas elecciones con 44 etarras, entre ellos, siete condenados por delitos de sangre. Y es que la aritmética electoral es tozuda: en la Diputación de Guipúzcoa, el Ayuntamiento de Vitoria o el de Durango, entre otros, los votos del PP en beneficio del PNV y del PSOE son vitales para evitar que los etarras se hagan con el poder. Si se trata de evitar a toda costa que Bildu tenga poder institucional, la única solución posible es esa.

Un ejemplo: en la Diputación de Guipúzcoa el PNV se haría con la Diputación con el apoyo del PP, mientras que los socialistas asumirían el bastón de mando del Ayuntamiento de Vitoria, bastando en este caso la abstención de los populares. Y lo mismo en el Ayuntamiento de Durango, donde el PP tiene la llave y podría dar la alcaldía al PNV, sumando con el PSOE, frente a los votos que reuniría Bildu y la candidatura municipal independiente Herriaren Eskubidea. En estas tres instituciones, Bildu fue primera fuerza en las elecciones del 28M.

Entre lo malo (el PNV y el PSOE) y lo peor (los etarras de Bildu), el PP ya ha dejado claro que su voto irá orientado a cerrar el paso a las instituciones a quienes llevan en sus listas a asesinos con las manos manchadas de sangre. Habrá quienes no estén de acuerdo, pero en política a veces hay que hacer de tripas corazón.

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