Podemos no puede comprar a los idealistas

Murgui
Manuela Carmena con Ignacio Murgui. (Foto: EFE)

Los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Madrid han demostrado que los ideales para mejorar la sociedad no tienen precio cuando son verdaderos. Lejos de poses partidistas como las de Ahora Madrid y Podemos, abrazados siempre a los desahucios como estrategia para ganar votos de cara a las distintas convocatorias electorales. Ante la intención del concejal okupa Nacho Murgui de comprar su voluntad con cuantiosas subvenciones, no sólo no han aceptado sino que además se han mostrado molestos con un ofrecimiento del que, por otra parte, se han enterado por los medios de comunicación. Ellos mismos han confesado que la relación con el Ayuntamiento «dista mucho de ser fluida». De hecho, algunos miembros han llegado a reconocer que para conseguir una mínima atención por parte de Manuela Carmena la tienen que parar por las calles de la ciudad.

El intento de comprar su silencio puede abrir otro frente más para un equipo de Gobierno que no consigue extinguir un fuego cuando ya tiene montado otro incendio. En los pocos meses que llevan ocupando el Palacio de Comunicaciones, entre los atascos y la suciedad en las calles de Madrid, los enchufes de sus acólitos pagados con dinero público y las diversas y variadas Carmenadas, no han dejado semana sin escándalo.

Este conflicto con PAH Madrid puede convertirse en un frente especialmente escabroso ya que muchos de los dirigentes de Podemos en la capital de España salieron de ahí en busca de fortuna en la actividad política. Desde dentro de la organización avisan con insistencia al respecto de que «conocemos muchas cosas que podemos contar». Este colectivo, que nació al calor del 15M, ya ha mostrado su descontento por la oficina antidesahucios de Carmena al considerarla ineficiente. Le achacan que entre más de 700 afectados tan sólo ha resuelto los problemas de 84. Un balance de especial gravedad dentro de la propia filosofía que ha defendido el equipo de Ahora Madrid desde el principio de su gestión.

De hecho, el problema de los desahucios puede enquistarse ya que la solución a este asunto estaba entre sus principales promesas electorales. Además, la PAH es una iniciativa ciudadana que cuenta con un gran respaldo social ya que defiende los derechos de miles de familias. Por lo tanto, este caso ahondaría en la, ya de por sí, mala imagen del Consistorio y también podría acarrear un considerable desgaste electoral. El colectivo se siente engañado por la alcaldesa y hay traiciones que, para las personas honradas, no se pagan con dinero de subvenciones sino con actos. Sin embargo, el acierto en las acciones no ha sido precisamente el fuerte de un equipo con ínclitos como la propia Manuela Carmena, Rita Maestre o Nacho Murgui.

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