Pedro Sánchez, al plato y a las tajadas

Después de que el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno pusiera en evidencia la opacidad del Ejecutivo e instara al presidente del Gobierno a detallar las empresas en las que tiene dinero invertido en acciones o participaciones -se negó a hacerlo después de que la Oficina de Intereses negara información al respecto-, OKDIARIO, por fin, ha logrado que el jefe del Ejecutivo responda. En su declaración de 2019, Sánchez afirmó contar con acciones cotizadas en bolsa por valor de 5.792 euros, pero sin especificar a qué empresas pertenecían. Ahora, concreta en su respuesta que mantiene 5.550,40 euros en acciones en la empresa Red Eléctrica Española, participada por el Estado. El artículo 12 de la Ley del Alto Cargo de la Administración General del Estado establece que «los altos cargos del Gobierno –incluyendo el presidente– deben ejercer sus funciones y competencias sin incurrir en conflictos de intereses y, si considera que lo está, debe abstenerse de tomar la decisión afectada por ellos».  

A raíz del reconocimiento de Pedro Sánchez, se plantea una cuestión interesante: la compañía semipública Redeia, antes Red Eléctrica, participada por el Estado en un 20% y transportista único y operador del sistema eléctrico español, pretendía que Pedro Sánchez, accionista de la misma, la indultara y no tuviera que hacer frente al impuestazo a las grandes energéticas anunciado por el presidente del Gobierno. Según el consejero delegado de Redeia, Roberto García Merino, la actividad de la empresa es «puramente regulada, en la que ni el precio ni el flujo de la energía afectan a la cuenta de resultados», por lo que no tiene «ningún tipo de beneficio por el precio de la electricidad». La petición del máximo responsable de Red Eléctrica recibió el visto bueno del Gobierno, que indultó a la compañía de la que es accionista Pedro Sánchez de pasar por caja. Dice la ley que los altos cargos del Gobierno –incluyendo el presidente– deben ejercer sus funciones y competencias sin incurrir en conflictos de intereses. Visto lo visto, juzgue el lector