El pájaro loco blinda su nido

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez

Una fábula hindú habla de un monstruo que se convirtió en un pájaro loco. Incluso cuenta donde tenía su alma: «A pocas leguas de aquí crece un árbol tenebroso y rondan ese árbol, avispas, escorpiones y serpientes. En la copa, está enroscada una cobra; sobre su cabeza, hay una jaula y en esa jaula, un pájaro enloquecido, canta: mi alma está dentro del pájaro». No hallo mejor leyenda para describir a Sánchez y sus socios separatistas. Avispas, escorpiones y serpientes lo sostienen en el poder. Las alegorías sirven para entender el macabro, sórdido y muy tóxico negocio que tiene montado el pájaro de la Moncloa.

El pájaro loco blinda su nido y adelanta las fiestas… Ya indultó a los golpistas catalanes. Acercó, cuando no liberó, a los etarras con delitos de sangre. Eliminó la sedición para que las peñas de mercaderes puedan volver a hacerlo sin consecuencias severas. Indultará a Griñán, en homenaje a Alí Babá y a los benditos ladrones de los eres de Andalucía. Exigirá poner de moda su eslogan preferido: «¡Traidores a palacio!», que tanto tirón tiene entre sus colegas disolutos. Humillará a la Guardia Civil, a la Policía Nacional, a La Legión Española y no parará de ningunear al Rey Felipe VI. Se reirá de todos los jueces. Propondrá a Marlaska para la Medalla de Honor y nombrará a Irene M., la de Igual-da, Embajadora en el Vaticano. «Que por algo somos sanchistas-leninistas y hacemos lo que nos da la gana».

El pájaro loco está moldeando un Estado a su gusto. No hay capricho que se le resista. Ebrio de poder, enamorado de su fórmula Frankenstein, ha decidido repetir la caótica aventura que ha llevado a España y a los españoles a la ruina. Según el manual de resistencia, todo vale, sus lacayos disfrutan de una patente especial para hacer lo que se les antoje. Tezanos es un buen ejemplo. E Irene una afortunada. Si la demonizan el pájaro la transforma en mártir, que para los del Gobierno la equidad no es sinónimo de justicia. La cajera considera violencia política los insultos proferidos contra ella, pero si tildan a Ayuso de «asesina, nazi y loca frenopática», son meras licencias admisibles. Incluso los socialistas veteranos se rinden con enorme tristeza, ante el pájaro: «No somos un partido, parecemos una secta». El termómetro democrático debe renovar su carga de mercurio antes de que se abran las urnas, sino las elecciones van a apestar a pucherazo.

Desde la Asociación de Fiscales lamentan que la reforma del delito de sedición, de gran «trascendencia y calado», debiera tramitarse con el «necesario sosiego, recabando los informes del CGPJ, Consejo de Estado y Consejo Fiscal». Lo digo para que ERC no lance las campanas al vuelo después de haber apoyado los presupuestos, porque con el pájaro loco puede pasar cualquier cosa, que no sería la primera vez que tima a sus socios. Los jueces tienen la última palabra y saben que derogar la sedición «supone una desprotección del orden constitucional». Así que «¡ojo, al dato!» como sentenciaba José María García. El CGPJ no dirá ni mú sobre las locas reformas del pájaro, pero le está esperando para darle un buen estacazo después de haber soportado tanta vejación.

El pájaro tiene la cama hecha en palacio hasta diciembre de 2023. A partir de entonces, hablarán las urnas y se quedará sin Falcon. Los aduladores le darán la espalda y nadie, nadie le echará de menos. No es un pronóstico, es el deseo de la mayoría, que lo detesta y que va hacerle pagar sus abusos y traiciones a España. La gente ya no soporta a este tirano. El pájaro loco acaricia su fin. Ya falta menos.

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