O Sánchez o Casado o la ciencia-ficción

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Como al gran Woody Allen en La Maldición del Escorpión de Jade con la palabra “Constantinopla”, cada vez que la izquierda quiere que la derecha actué a su dictado, hipnotizada, llama por teléfono y susurra la palabra `crispación´. El efecto es automático, porque la derecha empieza a titubear, se empequeñece e, incluso, desaparece. El concepto de la crispación permanece años en el cajón, de hecho, cuando la izquierda está en la oposición, nadie habla de crispación. Durante esos años, el acoso y derribo al poder Ejecutivo es definido cómo justicia social o regeneración democrática. Y, así, año tras año, la derecha se ha ido desdibujando políticamente para asumir un perfil exclusivamente de gestión.

Como consecuencia de esta falta de músculo político que ha atenazado al Partido Popular, surge Vox. Un partido que seduce más por las formas que por el fondo, por lo que parece que por lo que en realidad es. Vox se ha enfrentado con la verdad oficial, ha decidido construir un proyecto sobre la ausencia de complejos y la confrontación política. Y la izquierda se lo ha servido en bandeja de plata.

La mejor baza de Sánchez para sobrevivir desgraciadamente se llama Vox y, por eso, salió corriendo del debate de Atresmedia cuando la Junta Electoral cerró el camino a la formación verde. Si quiere ganar unas elecciones, es vital la movilización de su electorado y la fragmentación del voto de la derecha. Hay quienes se engañan pensando que la presencia de Vox hará aparecer, por arte de magia, un voto inexistente. No es más que una ilusión. Lo que hay en realidad es una lucha por la hegemonía de la derecha, una batalla tan interesante como inoportuna, pero en todo caso un experimento político que puede resultar letal para España.

Sánchez va a acabar gobernando con los votos del separatismo o con los votos de Ciudadanos. La formación de Rivera no tiene margen para medirse en una hipotética segunda cita electoral y acabará pactando con el sanchismo por el bien de España e incluso de Cataluña. Conforme a la pugna derecha-izquierda sólo hay dos opciones en este momento: o gobierna Sánchez o gobierna Casado. Cualquier otra consideración es ciencia-ficción.

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