Mónica García, Premio a la Estupidez 2021

Mónica García, Premio a la Estupidez 2021

La última tontuna de Mónica Garcia, la política española que más sandeces propone por segundo, es para nota. La líder de Más Madrid ha presentado en la Asamblea regional una propuesta de Ley de Igualdad efectiva entre hombres y mujeres que establece que la Comunidad de Madrid deberá nombrar a personas no binarias titulares de órganos directivos de la Administración y de los entes que integran su sector público. ¿Y qué son las personas no binarias?, se preguntarán ustedes. Pues muy sencillo: aquellas «cuya identidad o expresión de género se ubica fuera de los conceptos tradicionales de hombre-mujer,  masculino-femenino, o fluctúa entre ellos».

O sea, Mónica García pretende que el Gobierno de Ayuso contrate obligatoriamente en la Administración madrileña a personas que no se sientan ni hombre ni mujer y, en el colmo del absurdo, pretende extender este criterio al nombramiento de titulares de los órganos directivos de cada una de las consejerías que integran el Ejecutivo Regional, así como en la composición de los órganos colegiados de la Comunidad de Madrid y en las entidades locales de la Comunidad de Madrid, así como sus organismos vinculados o dependientes.

Es una estupidez de tal calibre que se contesta por sí sola, porque en su afán de «impulsar un cambio de valores en la sociedad madrileña», Mónica García lo que propone es llevar al paroxismo del absurdo la ideología de género, que no es otra cosa que trasladar la vieja teoría de la lucha de clases al terreno de las relaciones entre hombres y mujeres, inventándose géneros nuevos que no responden a ninguna realidad, sino al patrón ideológico de una izquierda que pretende imponer su perverso código de valores. Eso de las personas no binarias es una mentecatez pluscuamperfecta, una chorrada cósmica que Mónica García pretende poner al mismo nivel que los géneros femenino y masculino.

En las instituciones públicas tienen que estar las personas más capacitadas, porque es el mérito y la profesionalidad lo que se necesita y no perderse en disquisiciones memas sobre el género, que es tanto como divagar sobre el sexo de los ángeles.

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