La «miseria mental» que promociona Illa
Salvador Illa está on fire a la hora de promocionar a lo más fanático del separatismo catalán. Sin ir más lejos, la embajada que tiene la Generalitat en Italia organizó a inicios de octubre en Nápoles un ciclo de cine catalán (por supuesto, nada de cine español) y una de las ponentes a las que invitó fue a Isona Passola. Esta fanática secesionista codirigió una película en la que comparaba la relación entre Cataluña y España con la de una mujer maltratada y su acosador. Adivinen quién es quién. Además, en una manifestación a favor de lo que el independentismo llamaba «presos políticos»dijo que «el Estado español es miseria mental, social, política y cultural». Como ven, Salvador Illa está siempre con la «concordia» a la hora de promocionar la cultura catalana.
Recordemos que OKDIARIO destapó el caso de Miquel Cabal Guarro, el recién nombrado jefe de la Oficina de Relaciones Institucionales del Departamento de Política Lingüística de la Generalitat. Este doctor en lingüística y profesor en la Universidad de Barcelona manifestó en sus redes sociales lo siguiente: «Inmensa mierda que es el Estado español». Más concordia marca llla. Y no nos olvidemos de Xavier Fina, que ha dicho varias veces en redes sociales que los agentes de la Guardia Civil en el Aeropuerto de El Prat son «racistas». Por su «concordia» Salvador Illa le nombró director general de Promoción Cultural y Bibliotecas. Ya se pueden imaginar qué tipo de libros comprará el gobierno catalán…
Ya son conocidos los casos de Miquel Sàmper, que ha llevado el lazo amarillo en la solapa hasta hace cuatro telediarios, dado que fue consejero del Interior del presidente de la Generalitat más fanatizado, Quim Torra. O el de Francesc Xavier Vila, que con Pere Aragonès fue nombrado director general para perseguir el uso del castellano en Cataluña, y Salvador Illa lo ha mantenido en su gobierno y lo ha ascendido a conseller. O el de Sonia Hernández, que ha tenido una promoción idéntica en el Departamento de Cultura para erradicar al español como lengua de creación cultural.
Si nos vamos a TV3 encontraremos casos como el de Joel Díaz, uno de los defensores del uso del «puta España» en los medios de comunicación públicos, que colabora en dos programas de la tele pública y en uno de la radio de la Generalitat. O el de Juliana Canet, que incitó a los jóvenes a quemar contenedores durante los disturbios en Barcelona tras la sentencia del procés, que tiene un programa diario en la radio de la Generalitat. O el de Toni Soler, que comparó a la Capitanía Militar de Barcelona con un burdel, que es uno de los productores que más facturan a TV3. En la actualidad cuenta con dos de los programas estrellas de la parrilla; Polònia y Està passant.
Sin olvidarnos de Jair Domínguez, otro fan del «puta España» y que coprotagonizó el gag de TV3 en el que la Virgen del Rocío estaba «más caliente que el palo de un churrero» y otro -que al final no se emitió por antena- en el que mostraba su deseo de recibir sexo oral por parte de la princesa Leonor. Todos estos cobran dinero público pagado por Salvador Illa, el defensor de la «concordia».
En Cataluña es imposible encontrar una escuela pública en la que se den materias en español, pero no hay que preocuparse, porque en Madrid la Generalitat sí que apuesta por la diversidad lingüística. En el Centro Cultural Blanquerna, la embajada del gobierno catalán en la capital, se puede aprender hasta el aranés. Bienvenidos a la «concordia» de Salvador Illa.
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