Madrid impulsa su libertad fiscal: nueva rebaja del IBI para 2026

IBI Madrid

En un momento en que el conjunto del país parece dominado por la lógica del gasto público creciente, la deuda en ascenso y la carga fiscal implacable, la ciudad de Madrid vuelve a destacar. El Ayuntamiento, bajo la dirección de José Luis Martínez-Almeida, ha anunciado una nueva rebaja del tipo general del IBI, que pasará en 2026 del 0,428 % al 0,414 %, con el compromiso de dejarlo en el mínimo legal -es un impuesto regido por normativa estatal-, el 0,4%, al finalizar la presente legislatura.

Esta medida -la quinta consecutiva en este mandato- constituye un claro ejemplo de la política de reducción de impuestos como estímulo a la libertad económica, la inversión y el bienestar de los ciudadanos, que compensa, en parte, la tasa de residuos que los ayuntamientos han tenido que implantar por mandato del Gobierno de la nación.

Las sociedades avanzan cuando se liberan trabas al esfuerzo individual, cuando los impuestos no castigan el ahorro, el trabajo o la inversión, y cuando el sector público actúa con eficiencia, no con expansión sin control. En este sentido, la rebaja del IBI en la capital es coherente con un modelo que afirma que los impuestos bajos impulsan la prosperidad.

La cifra habla por sí misma: la medida beneficiará a más de 2,2 millones de inmuebles en Madrid. El ahorro estimado para 2026 por esta rebaja ronda los 30,8 millones de euros. Además, desde 2019 el ahorro acumulado que reporta la política fiscal del Ayuntamiento madrileño alcanzará así los 1.280 millones de euros.

Cuando un municipio reduce un impuesto tan vinculado al patrimonio básico de los ciudadanos como el IBI, no sólo alivia la carga individual de los contribuyentes; también libera recursos para que las familias consuman, las empresas inviertan, los autónomos generen empleo, y, en última instancia, la economía local gane dinamismo. Es la lógica de la prosperidad: menos impuestos, mayor actividad privada y mayor crecimiento sostenible.

Así, Madrid se mantiene entre las capitales con el IBI más bajo de España. Asimismo, las bonificaciones se mantienen (por ejemplo, para familias numerosas) y se amplían. Por ello, la medida responde a una visión de largo plazo: no se trata únicamente de un alivio puntual, sino de institucionalizar una trayectoria de reducción impositiva que ya lleva cinco años consecutivos, en un entorno en el que muchas administraciones suben impuestos.

La clave está en hacer que el sector público sea más eficiente, que se reduzca el gasto superfluo, que la deuda se contenga y que los impuestos dejen de ser un lastre para la prosperidad. En esa línea, la rebaja del IBI es una señal política y económica relevante: apuesta por la libertad financiera de los ciudadanos, por la confianza y por un modelo que considera que la prosperidad se construye desde abajo hacia arriba, no desde arriba hacia abajo.

En tiempos de gasto público desmedido, deuda creciente y ansia de recaudar, el anuncio de rebaja del IBI del Ayuntamiento de Madrid merece reconocimiento. Es una medida que refuerza la libertad económica, alivia la carga a familias, autónomos y pymes, y contribuye a la competitividad de la ciudad. Si se consolida, y se acompaña de eficiencia en el gasto y una contención del endeudamiento, estamos ante el camino adecuado para lograr una mayor prosperidad.

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