Los logros económicos de Fraga

Fraga

Ahora que en un pueblo de Galicia se ha puesto en cuestión la figura de don Manuel Fraga Iribarne, conviene recordar su magnífica aportación a la vida política y social en general, pero también particularmente a la economía española.

Fraga, como Ministro de Información y Turismo, aparte de acabar con la censura previa y ser uno de los aperturistas del régimen, cosa que contribuyó a hacer más atractiva la inversión en España por su avance hacia la homologación con el resto de países occidentales, fue quien supo convertir el turismo en nuestro petróleo. Su «Spain is different» se convirtió en el lema sobre el que se desarrolló una de las ramas de actividad más eficientes y productivas de la economía nacional, hasta el punto de que actualmente, junto con el resto del sector exterior, es uno de los pilares en los que se asienta el crecimiento.

Fraga impulsó la modernización de infraestructuras turísticas, reforzó la red de Paradores Nacionales y trabajó para crear una imagen atractiva que hiciese venir a los turistas extranjeros, explotando tanto la devaluación de la peseta en el Plan de Estabilización como el clima de España, que estaba ahí pero que no había sido aprovechado desde un punto de vista comercial.

Esa aportación del turismo fue entonces también, como hoy, uno de los elementos que impulsó el crecimiento económico, que contribuyó a desarrollar la economía española y que, además del turismo extranjero y gracias al incremento de riqueza a nivel nacional, también impulsó la canalización de ese nuevo turismo nacional que empezó a darse en los años sesenta del siglo pasado.

Adicionalmente, desde su espíritu reformista del régimen, supo crear la base de un amplio partido de centro-derecha que embridase lo que él mismo llamó «franquismo sociológico» y entrase por la senda democrática, creando la posibilidad de una alternancia, que aporta estabilidad al sistema y, con ello, mejora la seguridad jurídica, que es esencial para el crecimiento económico. Seguridad jurídica y mejora económica que también se dieron gracias al establecimiento del marco constitucional, del que Fraga fue ponente.

Posteriormente, como Presidente de la Xunta de Galicia, recibió una región muy atrasada y creó una red de infraestructuras que han transformado Galicia, entre las que impulsó directamente su gobierno regional y las que consiguió que ejecutase el Gobierno de la nación. La Autovía del Cantábrico une a Galicia con el resto del norte de España, vertebrando su economía, y la mejora de la red de carreteras interiores de Galicia mejoraron las comunicaciones, como puede comprobar cualquiera que visitase Galicia hace cuarenta años y que la visite ahora.

Así, el PIB nominal de Galicia pasó de 15.278 millones de euros en 1989, al llegar Fraga, a 46.439 millones de euros en 2005, al irse Fraga. Del mismo modo, el PIB per cápita de Galicia pasó de 5.553 euros en 1989 a 17.114 euros en 2005.

Fraga, catedrático y diplomático entre muchas otras cosas, ha sido uno de los personajes políticos más relevantes y con mayor capacidad intelectual del siglo XX, al que debemos gran parte de la concordia constitucional y una parte enorme de la prosperidad lograda por España desde los años sesenta del siglo pasado a nivel nacional, con una transformación enorme de la economía gallega durante sus años de mandato en dicha región. Quien ahora quiera dejar en el ostracismo a Fraga, por acción y omisión, ni comprende la Historia, ni la ha estudiado, ni valora el papel de una figura como la de Fraga, que fue esencial para nuestra convivencia y también, y de modo destacado, para nuestro desarrollo económico.

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