Lo que le faltaba a Pedro Sánchez: guerra entre feministas y trans del PSOE

El follón que se vive en las filas de las feministas socialistas es de aurora boreal. Todo a cuenta de que la Comisión de Ética y Garantías del partido está recibiendo denuncias contra destacados dirigentes de la organización por sus posiciones respecto a la ley trans o por hacer «gala de una ostentosa misoginia inaceptable en las filas de un partido que ha hecho bandera de la igualdad efectiva entre mujeres y varones». Cómo estará la cosa que se pide la expulsión de Carmen Calvo, abanderada del feminismo clásico, y de Víctor Gutiérrez, secretario federal LGTBi.

Medio centenar de mujeres feministas del PSOE exigen la expulsión de decenas de féminas del partido por estar «actuando contra los mandatos del 40º Congreso del partido que apoyaban la ley trans». También reprochan que estas mujeres socialistas, agrupadas en la organización Femes, vienen desarrollando un «hostigamiento y crítica permanente al Gobierno de Pedro Sánchez». Dicen que el «ataque de este grupo de compañeras a ese proyecto de ley está dañando de manera irreparable la imagen de toda la familia socialista».

En el fondo, lo que subyace tras esta pelea es la pugna que se vive entre feministas, que arremeten contra la «identidad de género» y que son tildadas de transfóbicas, y los colectivos trans. Si para el feminismo el género es una construcción social utilizada para subordinar a las mujeres con respecto a los hombres, la reivindicación trans de la «identidad de género» ha desatado una tormenta que viene envuelta de aparato eléctrico, porque los reproches entre unos y otros crecen cada día. Para entendernos: el feminismo más ortodoxo no comulga con el ultrafeminismo trans y la guerra entre ambas concepciones -dejémoslo ahí- es de tal virulencia que va a tener que ser el mismísimo Pedro Sánchez el que intervenga para que cesen las hostilidades. Lo que le faltaba al secretario general del PSOE.