Con gente como Rodríguez ‘Pam’ lo que provoca este Gobierno es alarma social

Con gente como Rodríguez ‘Pam’ lo que provoca este Gobierno es alarma social

El vídeo publicado en exclusiva por OKDIARIO en el que la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, se ríe a carcajadas del hecho de que 166 personas hayan visto hasta ahora reducidas sus penas en aplicación de la ley del sólo sí es sí (27 en las últimas horas, después de los miserables comentarios de la número dos de Irene Montero) constituye la más aberrante demostración de insensibilidad y desprecio a las mujeres víctimas de agresiones sexuales. Por supuesto, Rodríguez Pam no ha pedido perdón y, como siempre, ha recurrido al mantra típico de Podemos al erigirse en víctima de una cacería mediática, secundada por Pablo Echenique, quien ha honrado de nuevo a OKDIARIO al calificarnos de «letrina infecta» por desvelar el vídeo. Insultos aparte, lo cierto es que la impúdica exhibición de la secretaria de Estado, a la que Irene Montero avala sin matices, refleja el grado de despropósito de un Gobierno en el que la convivencia entre el PSOE -que ha condenado las expresiones de la alto cargo de Igualdad- y Podemos ha alcanzado niveles sencillamente delirantes.

En circunstancias normales, Pedro Sánchez habría forzado la destitución inmediata de Rodríguez Pam, pero no hay nada normal en un Ejecutivo que se ha convertido en un patio de monipodio. Pedir a Sánchez que destituya a la secretaria de Estado de Igualdad no deja de ser un ejercicio retórico, porque el presidente se mueve exclusivamente por su propio interés. Es el jefe de un Gobierno que provoca alarma social y, en consecuencia, todo lo que haga o deje de hacer estará marcado por su particular conveniencia. Al fin y al cabo, lo que está pasando no debería sorprender a nadie, pues estamos ante la degradación anunciada de un Ejecutivo que es lo más parecido al camarote de los Hermanos Marx. El problema es que no tiene pizca de gracia.

La número dos del Ministerio de Igualdad se permite el lujo de hacer chanza de las excarcelaciones de violadores y sigue en el cargo arrogándose, encima, la condición de víctima de una cacería mediática. Y Sánchez, mientras tanto, a lo suyo. Tal cual.

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