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Eslóganes electorales

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Las elecciones municipales y autonómicas abren el ciclo electoral, pero, y esto es igual de importante, marcarán también las expectativas de cara a las próximas elecciones generales. Se ha iniciado la campaña en la que los principales partidos tratarán de imponer sus opciones electorales, aunque las elecciones autonómicas, y sobre todo las municipales, tienen una lógica local que escapa de otros debates.

Sucumbiendo a la tentación de analizar aquí los eslóganes electorales podríamos establecer la distopía de una izquierda woke, donde un pensamiento posmoderno sustituye la realidad frente al pensamiento liberal, donde prima le realidad frente al voluntarismo. Aunque, craso error, o bien los cerebros de campaña cobraron poco para tal cometido o bien tras estrujarse el cerebro no encontraron mejores frases que llevarse a las pancartas. Por tanto, así las cosas, de todo aparece en las campañas y, dicho sea, sin tratar de ofender, unas cosas parecen algo más acertadas que otras.

Comenzando por el PI, que presentó su campaña a los pies de la Catedral, anuncia en sus carteles que Pensam com tu, lo cual viene a suponer que en su pensamiento puede reinar una cierta indefinición, ya que resulta difícil tratar de obtener una mayoría de votantes cuando en teoría el electorado se divide más o menos dos mitades. En todo caso, para hacerse con una minoría, que a su vez no se sepa tampoco con qué opción quedarse, ya le viene bien.

Pasando al PSOE, cuya campaña, con poca ambición, fue colgada en las paredes de su sede en la calle Sindicato, hete aquí el eslogan que ofrece: Per tu, per tothom. O sea, no se sabe qué ofrece, pero sí que lo que no se sabe que ofrece podrá gustar a una mayoría dispuesta a embarcarse en no se sabe qué, lo que tiene su mérito. En todo caso, hete aquí un ejemplo de voluntarismo electoral.

En el PP, por el contrario, cuya campaña se inició en la barriada de Pere Garau, sí que las cosas se ajustan algo más a una parte de la distopía liberal cuando arrancan la campaña diciendo que El camvi és ara. Cierto es, es decir, si se produce el cambio como ellos suponen, claro, será ahora. No venden nada, pero se entiende claramente lo que pretenden: cambiar.

La Valentia per a transformar el futur lanzan desde la plaza Santa Pagesa -primer contrasentido en una formación más atea que laica- una propuesta podemita voluntarista basada en la postmodernidad woke. La valentía se les supone, aunque no se tenga la certeza, pero la transformación de la realidad carece de sentido ya que no se sabe, aunque pueda suponerse, cuál es la realidad deseada.

Para Vox, hay algo que tienen claro, aunque lo demás carezca de sentido: En Baleares vota seguro. Por lo menos dice que donde hay que votar es en Baleares, aunque lo de votar seguro es ya otra cosa. Claro está que, seguro que hay que votar a Vox es lo que pretenden, aunque no se sepa para qué. Presentar la campaña en el mercado del Olivar o tener su eslogan en castellano podría resultar una pista.

Y hete aquí el gran eslogan de Més: Més que paraules. No se sabe qué palabras encierran su pensamiento, pero no importa porque, dispuestos a avanzar en lo que no se dice, van a realizar grandes esfuerzos en superar las palabras y avanzar, lo cual es muy de agradecer. La plaza de las Columnas, sin embargo, no es un buen escenario por su multiculturalidad para una oferta catalanista.

Resumiendo, si alguien pretende, según sus eslóganes electorales, adivinar lo que propone cada partido, va a tener grandes dificultades para tratar de averiguarlo, incluso puede que lo dejen sumido en una tremenda duda. Las propuestas, aunque con matices, podrían ser perfectamente intercambiables, es decir, tanto daría que así fueran.

Cabe suponer que para esta trompetería no harían falta altavoces. Y si nos apuran, ni harían falta siquiera unas campañas donde cualquier opción real acabe siendo pura ficción.

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