PRIMERA LÍNEA

Los diputados baleares que votan sí a tanta deriva

Los diputados baleares que votan sí a tanta deriva

El enésimo lío del Gobierno de España es la aprobación de la llamada Ley del sólo sí es sí, que sabido es ha sido un fiasco, creando además alarma social. La Ley no ha salido adelante por arte de magia sino por el apoyo de 205 diputados del Congreso, entre ellos, la totalidad de los parlamentarios del PSOE y sus correspondencias territoriales, además ¡incomprensible! de Ciudadanos, y como es costumbre la tropa Frankenstein, en la que el PNV es asimismo protagonista y, al parecer, en su hábito de recoger las nueces.

Sabemos que el Govern balear, con Francina Armengol al frente, celebra la aprobación de la Ley y en plena polémica muestra gratamente su soberbia; esa misma que les caracteriza llegando al punto de llamar fachas con toga a los jueces, quienes se han limitado –simplemente- a la aplicación de la ley. No lo ha dicho, directamente ella, pero jaleándolo lo da por bueno sin más.

En Baleares, se da la circunstancia de haberse producido agresión sexual a las menores tuteladas por la Administración y que la izquierda ha decidido ignorarlo hasta el punto de negar insistente comisiones de investigación, lo que se traduce en el desprecio a la dignidad de unas menores a su cargo. Es tan inmensa la hipocresía que cuesta entenderlo. Como la Ley Electoral en vigencia no contempla los distritos, es decir el diputado que deba responder directamente ante los electores de su circunscripción, sus señorías reunidas en rebaño están, atentas al dedito levantado, a los dos deditos o a los tres.

Vale pues. Vayamos entonces a recordar quiénes son aquellos diputados de Baleares que han accedido a aprobar este bodrio: Pere Joan Pons (PSIB) al gusto de Armengol, Sofía Hernanz (PSIB) al gusto de Sánchez, en el lado podemita Antonia Jover, aspirante a presidir el Govern el año 2023, Lucía Muñoz, aspirante a ser alcaldesa de Palma también el 2023. Ellas y él son la cuota balear del rebaño social-comunista avalista de Frankenstein.

¿De verdad que se ha hecho el uso debido al apoyo recibido? Hemos de ser conscientes de que mientras no se apruebe la figura del diputado de distrito, nuestra responsabilidad es identificar al menos los mejores ejemplares que estarán llamados a ser parte, en cualquiera de los rebaños parlamentarios.

En su Astrolabio de esta semana, titulado El valiente que no habita en el PSOE, Bieito Rubido se hace una serie de preguntas y quiero recoger de todas ellas tres: «¿Quedará al menos un parlamentario socialista fiel a sus primigenias raíces y respetuoso con la democracia? ¿Habrá al menos un valiente entre los 120 diputados socialistas? ¿Uno, al menos?».

Eliminaré hacer las mismas preguntas a las chicas de Unidas Podemos, ya que su única prioridad es desmontar el Estado de derecho consagrado por la Constitución del 78 y caminar acto seguido hacia una república popular que dicho en cristiano significa, lisa y llanamente, imponer una dictadura.

Ahora está por llegar la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, con su letanía de aberraciones, entre ellas que mientras el feto humano es cosa a semejanza de la Ley del Aborto, el embrión de un cerdo o un caballo es un ser vivo a proteger. El rebaño Frankenstein al completo votará Sí, y tal vez Ciudadanos también, que los pobres ya andan en descomposición. Pero no podemos olvidar que en ese rebaño contra natura hay cuatro diputados de Baleares y, por tanto, a quienes ha votado parte del censo electoral balear.

Repetiré sus nombres: Pere Joan Pons, Sofía Hernanz, Antonia Jover y Lucía Muñoz. Los cuatro están en el Congreso, gracias a las urnas instaladas en colegios electorales del archipiélago. Les hemos dado nuestro voto. Bueno, la verdad es que desde la segunda legislatura de Zapatero no he vuelto a votar a la izquierda, aburrido y asqueado de tanta deriva. ¿De verdad que vale el esfuerzo de votarles, sabiendo sus consecuencias?

El voto cautivo es un monumento a la ausencia de libertad de criterio y en consecuencia es la coartada para esa oquedad intelectual que justifica lo de a los míos con razón o sin ella o lo otro, perro no come perro, expresión esta última que señala al votante como simple comparsa, o sea, persona sin voz, sólo voto a toque de campana. Lo veremos perfectamente reflejado el 28 de mayo de 2023. Especialmente si Podemos no desaparece del mapa, al igual que Ciudadanos. Més y PSIB ya son autos de fe, pura sumisión.

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