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Descansar a plazos en la Seu

Descansar a plazos en la Seu

En las iglesias, antes de Carlos III, descansaban los difuntos de los feligreses más ricos o poderosos del lugar. Todos ellos eran enterrados en los suelos de las capillas y el dinero, cuanto más ricos más relevancia en sus lápidas, era la vía para tener cerca de sus santos los restos de sus devotos y queridos seres. Y así, poco más o menos, se fue escribiendo la historia.

Parece ser que la magnitud de una llamada Peste de Pasajes puso fin a este comercio y las consecuencias fueron que Carlos III, entonces felizmente reinante, impulsó con buen criterio la creación de los cementerios civiles, aunque parece ser que hoy, más de tres siglos después de aquello, los restos de los difuntos, eso sí previamente incinerados, hete aquí la novedad, podrán volver a regresar donde solían, o sea a los subsuelos de las capillas de los templos de su devoción. Cuando menos esto es lo que ahora, vayan ustedes a saber si pionera en este cometido, va a implantarse en la Seu, por otro nombre la catedral de Santa María de Mallorca en competencia con la municipal EMT.

Y no se andarán con chiquitas puesto que acaban de construir, y en consecuencia también de comercializar, un columbario con una ubicación privilegiada y en el centro de la basílica ya que se sitúa entre la capilla de la Trinidad, donde están los sepulcros de los Reyes Jaime II y Jaime III y el altar mayor. Nada menos que los actuales difuntos podrán situarse en las cercanías de los reyes de Mallorca, o sea, un auténtico privilegio, más si alguno en vida hubiera sido monárquico.

La Catedral ha empezado ahora a comercializar las 155 urnas funerarias que ha instalado en un columbario de la cripta del presbiterio del templo, con el objetivo de abrir sus puertas a la feligresía y darles la oportunidad de permanecer en un lugar de recogimiento y oración, donde sus descendientes, previo estipendio, podrán visitar y orar por las cenizas de sus difuntos. Todo lo cual está muy puesto en razón. La cripta, descendamos al detalle, tiene una cabida de 155 urnas.

Y a mayor abundamiento, los precios que ofrece la Catedral para depositar las cenizas en el columbario van de los 3.000 euros para una urna con capacidad para dos personas, hasta los 5.000 euros por la urna capacidad para cuatro personas que, grosso modo, le podrían suponer un beneficio que ustedes mismos podrán calcular.

Y aquí viene a continuación la letra pequeña del contrato de arrendamiento: la concesión que ofrece la Catedral es de 25 años. Si se contrata antes de morir, los 25 años serían a partir del momento en que se deposita la primera urna y, como todo está previsto, existe también la posibilidad de arrendar un espacio post mortem por los familiares del difunto pero, sobre todo, hay que tener en cuenta el detalle de que una vez acabada la concesión, cumplido el cuarto de siglo de permanencia en tan exclusivo lugar, oraciones por su eterno descanso aparte, se ofrecerá prorrogar el contrato o recuperar los restos.

No se va a negar aquí que, reunidos los canónigos que tienen a su cuidado la Seu, han alumbrado una excelente y sobre todo desinteresada idea.

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