El circo de la Ponsatí y Sánchez

El circo de la Ponsatí y Sánchez

La golpista y semi indultada Clara Ponsatí volvió este martes a España armando un show mediático muy del gusto del separatismo catalán más fanático. Aunque formalmente Ponsatí no ha sido indultada por Sánchez, la eliminación del delito de sedición hace que sólo esté acusada de desobediencia, lo que no comporta penas de cárcel. Aunque no dudamos que si hiciera falta Sánchez la indultaría, dado su interés en pacificar Cataluña a costa de perdonar a los que quisieron acabar con la democracia y entregarles el control político de las administraciones catalanas. Todo sea por tener sus votos en el Congreso, ahora y a partir de diciembre.

Como son una panda de cobardes, Ponsatí ha venido porque no se juega acabar donde debería estar, en prisión. Esta fanática de manual, que ha defendido que no hay independencia sin muertos y que se cachondeó de los muertos madrileños durante la pandemia, se ha paseado por Barcelona. Y lo ha hecho chuleando a la policía y con la cámara de TV3 detrás en lo que es el enésimo insulto a los catalanes no separatistas que sufrimos, día tras día, el desprecio del independentismo que mal gobierna esta comunidad autónoma. Ver el vídeo de la detención es dantesco: un agente de los Mossos suplicando a esta presunta delincuente que, por favor, le acompañe, mientas el séquito de la Ponsatí se hinchaba a insultar a los tribunales y al resto de instituciones españolas. Ya puestos, el consejero de Interior de la Generalidad podía haber estado allí pagando cubatas a los fanáticos que bramaban contra España. Hubiera sido coherente con la política habitual del gobierno autonómico.voy

El aterrizaje de Ponsatí en lo que ella llama Cataluña Sur, para diferenciarlo de la Cataluña Norte francesa que nunca ha querido saber nada de esta banda de pirados, tiene tres propósitos muy evidentes. El primero, intentar insuflar ánimo a la campaña electoral de Junts en la Cataluña interior que está muy mortecina ante el empuje de Esquerra. También recordarle a Xavier Trias, que es favorito en las encuestas en Barcelona yendo por libre, que Puigdemont sigue siendo quien marca la agenda del espacio neoconvergente. Por último, y no menos importante, este show mediático no deja de ser un experimento para una futura venida de Puigdemont a Cataluña.

Aunque los delitos por los que está acusado Puigdemont sí que comportan penas de cárcel, el viajecito de Ponsatí servirá para calibrar la respuesta política de los partidos separatistas, la respuesta judicial y también la del Parlamento Europeo con respecto a los golpistas fugados. De entrada, es más que posible que veamos a Ponsatí en un buen número de mítines de Junts ya que, como era evidente, los tribunales la han liberado ya que sólo tiene que comparecer el 24 de abril ante Pablo Llarena. Este miércoles ya estaba en el Europarlamento montándole el numerito a las presidenta de la cámara.

Que Ponsatí, una fanática de manual, sea una heroína para parte del separatismo catalán indica el nivel de degradación de la política autonómica. No olvidemos que durante la época más intensa del procés cuanto más radical eras mejor te iba a la hora de conseguir un sueldo público o un buen puesto en las listas. Esa inercia todavía sigue vigente, por mucho que Sánchez quiera vender que ha apaciguado la política catalana.

Lo que hace falta de una vez es un gobierno que se tome en serio el problema separatista catalán y que nos apoye a los constitucionalistas en nuestra región para que podamos dar la batalla con medios y en condiciones. A nuestros fanáticos locales nosotros los conocemos mejor, sabemos de que pie cojean y podemos plantarles cara. Desde Madrid siempre se verá al supremacismo secesionista como una molestia pasajera que se ha de intentar solventar buscando a un nacionalista bueno y moderado que sólo existe en la imaginación de algunos círculos de poder de la capital.

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